Manolo Hernández Douen
Nadie nunca dudó del
potencial del venezolano Renato Núñez como jonronero.
Lo que no podía era brillar con su equipo original en la pelota,
por falta de cupo.
Renato Núñez, promesa de los A's, convierte sus sueños en realidad con los
Orioles. (Foto: Cortesía/Orioles de Baltimore).
Ahora, Núñez, otrora prospecto de altos quilates con los Atléticos de Oakland, le muestra al planeta beisbolero lo que puede hacer si le brindan la oportunidad de jugar a diario. |
“Siempre supimos que
iba a batear, lo ha hecho a donde quiera que ha jugado”, recordó el dirigente
de los Atléticos, Bob Melvin, al hablar del venezolano de 25 años de edad. “Estamos
bien contentos por él. Siempre tuvo el talento para lograr lo que hace ahora”.
Bloqueado en Oakland por la proyección que se tenía
planeada para Matt Chapman y Matt Olson en la tercera y primera base,
respectivamente, Núñez hilvanó una primera mitd de temporada de 2019 meritoria
con los Orioles de Baltimore.
En sus primeros 281 turnos de la actual temporada, Núñez
sumaba 18 jonrones y 44 carreras impulsadas.
Prueba de la
confianza que le tiene el dirigente de los Orioles, Brandon Hyde, es que ha
alineado como cuarto bate la mayor parte del tiempo.
“Ha pegado un montón
de jonrones”, simplificó Hyde. “Le ha tirado a la bola muy bien. Ha conectado
muchos cuadrangulares en casa. Ha pegado hits grandiosos para nosotros.
“Comenzó muy bien y
su primera mitad fue sobresaliente desde el punto de vista del poder”, agregó
Hyde. “Tuvo una racha difícil durante algunas semanas, pero ha remolcado una
tonelada de carreras. Ha sido parte grande de nuestro ataque”.
La carrera de Núñez con los Atléticos, equipo con el
cual jugó poco en sus primeras dos pasantías por las Grandes Ligas en 2016 y
2017, llegó a su final cuando no fue protegido en el roster tras los
Entrenamientos de Primavera de 2018.
Los Rangers de Texas
lo reclamaron en waivers, pero apenas pegó un jonrón en 36 turnos.
Su pase a los
Orioles, también a través de waivers o lista de peloteros disponibles, fue un
paso clave para el nativo de Valencia. Venezuela. Disparó siete
jonrones en 200 turnos en 2018, y en 2019 comenzó a ser realmente el Núñez que
los expertos anticipaban que podía llegar a ser.
“Estoy bastante agradecido por la oportunidad que me
ha dado el equipo de Baltimore y la estoy tratando de aprovechar al máximo, dando
lo mejor de mi”, declaró Núñez.
El sueño de alinear a diario en las Grandes Ligas con
los Orioles es exactamente lo que se imaginaba Núñez.
“Ha sido increíble,
estar en un estadio de las Grandes Ligas, jugando allí todos los días”, expresó
Núñez. “Los aficionados siempre nos apoyan bastante”.
El próximo objetivo
de Núñez pudiera ser el titular de una posición a la defensiva.
“Son cosas que serían
para el futuro”, dijo Núñez. “Ahora mismo, estoy pendiente de aprovechar cualquier
oportunidad que haya, si me ponen en primera, en tercera o como bateador
designado. Estoy dispuesto a ir a los jaredines si me quieren poner allí”.
Hyde considera que la mejor posición de Núñez es la
primera base y que puede también puede defender la antesala si hace falta, pero
que actualmente tiene en Baltimore peloteros que le aventajan defensivamente.
Sea cual fuera su futuro, Núñez siempre le estara
agradecido al béisbol invernal venezolano por su avance en el profesionalismo.
“La pelota venezolana, como siempre es muy buena, como
todas las ligas de invierno”, analizó Núñez. “Pienso que aprendí mucho de esos
peloteros más experimentados que estuvieron allí conmigo. Estoy agradecido por
los consejos que me hayan podido dar. Hasta en estos momentos pienso en esos
‘tips’’’.
¿Cuál es el potencial
de Núñez como bateador de largo metraje? Así como le va actualmente, pudiera
pegar 30 bambinazos y remolcar 80 carreras este mismo año, posiblemente su primero
de principio a fin en Grandes Ligas.
En la serie en el Coliseo de Oakland, un parque que es
más bien un paraíso para el pitcheo, estuvo a punto de darse el gusto de irse
para la calle, pero un kilométrico batazo suyo por todo el jardín central fue
capturado en la pared por el dominicano Ramón Laureano.
Hasta pronto y, por
favor, nunca pierdan la esperanza.
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