Manolo Hernández Douen
Sus propios padres se dieron cuenta desde bien
tempranito de su amor por la pelota.
Los Astros de Houston lo conceptuaban como de los grandes
prospectos de su organización.
La suma de talento físico con su excelente disposición
mental pueden llevar lejos a Ramón Laureano en el apasionante mundo del
diamante. (Foto: Kareen Santiago / Acción por Gotas).
Pero pudieran ser los Atléticos de Oakland los que
aprovechen mejor el talento del jardinero dominicano Ramón Laureano para el exigente
mundo del apasionante mundo del diamante.
El debut de Laureano en la Gran Carpa no pudo ser más
sonriente. Dos jugadas brillantes en el prado central y un certero tiro para
liquidar a un corredor en la tercera base en encuentro que iba 0-0, precedieron
su hit entre los jardines central y derecho para dejar en el terreno a los
Tigres de Detroit el 3 de agosto de 2018 en Oakland.
“Para nosotros es un motivo grande, grande de
satisfacción ver por primera vez a nuestro hijo en las Grandes Ligas”, comentó
emocionado su padre del mismo nombre, en entrevista familiar realizada para el
programa Acción Por Gotas a difundirse el 8 de septiembre por KIQI 1010 y su
cadena de emisoras. “Esperamos que se mantenga y se pueda establecer. Ha
trabajado bien duro. Siempre ha tenido esa ilusión. Desde los ocho años lo
hemos estado llevando a las pequeñas ligas. Así ha seguido creciendo y
creciendo, gracias a Dios.
“Me lo dijo a mi, ‘Papi, yo quiero ser pelotero’, a
esa edad a los ocho años”, prosiguió el señor Laureano. “Le hemos dado nuestro
apoyo totalmente. Nuestro único hijo. Es una bendición de Dios. Vino a Estados Unidos a los 15 años, mediante un programa de MLB que hay en República
Dominicana, Lo solicitaron a través de un colegio privado en Long Island (Nueva
York). De allí fue escalando hasta lograr su beca universitaria en Oklahoma”.
Los Astros lo seleccionaron en la 16ta ronda del
sistema de reclutamiento de talento para las Grandes Ligas o Draft y por un
tiempo fue conceptuado como un prospecto de dimensiones similares a las de
George Springer, quien a la postre fue el Jugador Más Valioso de la Serie
Mundial de 2017.
El bateador derecho de la tierra del merengue era
conceptuado como intocable por los Astros, pero los A’s lo adquirieron el 20 de
noviembre en 2017 y en su debut con la sucursal AAA de Oakland, los Sounds de
Nashville, el dominicano que ahora tiene 23 años de edad bateó para .297, con
14 jonrones y 35 carreras impulsadas en 64 juegos antes de ser llamado por la
novena norcaliforniana.
Los Atléticos aún conceptúan a Dustin Fowler como su
jardinero central del futuro, pero la combinación de que no estaba jugando
mucho en las Grandes Ligas, más el hecho de que en la aurora de agosto se le
enfrentarían varios zurdos a Oakland, motivó que aquella gran promesa fuera bajada
a la AAA y por ende se le abriera un cupo a Laureano.
“Nos gustó lo que vimos de Ramón en la pretemporada y
sabíamos que tarde o temprano lo veríamos por aquí, si era capaz de superar una
lesión”, expresó el dirigente de los Atléticos, Bob Melvin. “Atravesaba por un
gran momento a la ofensiva en la AAA, cuenta con un brazo poderoso y certero y
puede jugar en las tres posiciones de los jardines. Nos emociona poder contar
con sus servicios”.
No son muchos los que se quedan definitivamente en las
Grandes Ligas luego de comenzar una temporada en las menores, pero Laureano
cuenta con el talento físico y la disposición mental para jugar por largo rato
en las Mayores, de acuerdo a peloteros que han jugado con él en las menores y
el punto vista de los instructores que lo han seguido a través de su historial
en dos organizaciones diferentes.
“Trato de hacer un plan y de mantenerme enfocado en
ejecutarlo”, analizó Laureano. “Intento seguir con la misma rutina, la misma
estrategia en el plato. Trato de que no me de pánico, de tener confianza en mí
mismo y en mi talento. Intento tener paciencia, no preocuparme por cosas que
estén fuera de mi control”.
En su primera estadía en casa en el Coliseo, Laureano
lució muy bien en el jardín central, pero comenta que se siente bien donde lo
pongan “porque es lo que he hecho toda mi vida”.
La fanaticada presente en el Coliseo recibió a
Laureano como si esa hubiera sido su casa desde hace muchos años. Sólo el
tiempo y, por supuesto, las actuaciones del joven quisqueyano, definirán por
cuánto tiempo se queda en el Béisbol de Lujo, pero ciertamente las primeras
impresiones dejadas en las Grandes Ligas, que fueron muy gratas, se quedarán en
el corazón de los aficionados por mucho tiempo.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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