Manolo Hernández
Douen
Quizás la posición más exigente para establecerse en
Grandes Ligas es la receptoría.
El catcher es un general dentro del diamante, que debe
ganarse la confianza de su pitcheo.
Carlos Pérez, talentoso receptor joven de los Angels que
paso a paso se gana el
respeto y la admiración de tirios y troyanos. (Foto:
cortesía de Angels Baseball).
|
Carlos Pérez tiene poco tiempo en las Grandes Ligas,
pero ex receptores que ahora son dirigentes consideran que posee el talento
nato para ser titular en la meca de la pelota.
“Sí tiene la habilidad para lograr ese objetivo”, comentó
con admiración el manejador de los Atleticos de Oakland, Bob Melvin, a una
pregunta de Béisbol por Gotas sobre el joven de Valencia, Venezuela. “Hace
buenos disparos y a los lanzadores les gusta trabajar con él. Es dificil
adaptarse a un equipo llegando al mismo una vez avanzada la temporada, pero él
lo ha hecho”.
De 24 años de edad, a Pérez se le ha visto siempre un gran
talento natural desde que estaba en las bajas menores con la organización de
los Azulejos de Toronto.
Una vez sacó casi al 50% de los potenciales robadores de
base y al subir a la Triple “A” en 2013 hilvanó un impresionante porcentaje del
46%.
Los Angels lo adquirieron de los Astros de Houston el 5 de
noviembre de 2014 y el manager del equipo de Anaheim está bien entusiasmado de
que eso haya ocurrido.
“Carlos tiene un tremendo futuro como receptor”, aseguró Mike
Scioscia, un excelente catcher de los Dodgers de Los Ángeles en sus 13 años
como pelotero. “Defensivamente, cuenta con todas las herramientas para
ser un estupendo careta. Lo hizo bien en las menores y en la pelota invernal, y
aquí ha probado lo que vale. Su porvenir es enorme”.
Parece mentira que un pelotero tan talentoso ni siquiera
soñaba con ser un receptor cuando desde niño aspiraba a ser algún dia un pelotero
de Grandes Ligas.
“Cuando estaba pequeño jugaba todas las posiciones, pero
nunca fui catcher”, recordó Pérez a Béisbol
por Gotas. “En ese transcurso de buscar firmar, yo estaba en un ‘tryout’ (práctica
para equipos profesionales) como jardinero y el jefe de los Indios de Cleveland
me pidió que hiciera algunos tiros a la segunda base. A partir de allí me quedé
como receptor y así firmé”.
Ese empuje infantil de jugar pelota profesional lo impulsó a
llegar donde está y su objetivo es luchar con todas sus fuerzas para dar el
siguiente paso: ser titular.
“Sí, claro, siempre he tenido en mente ser titular [en las
Grandes Ligas]”, expresó Pérez. “Estoy trabajando para eso, para mejorar cada
día. Cuando Dios lo decida lo seré.
“La defensa esta allí, el bate también”, analizó la gran promesa sudamericana.
“Necesito tener un poco más de fuerza. Lo más importante es la defensa y
gracias a Dios me he visto bien y me he sentido bien”.
Por supuesto, tambien ayuda el haber dejado una excelente
impresión en su debut.
En su primer juego en la Gran Carpa, el 5 de mayo de 2015,
Pérez dejó tendidos en el terreno a los Marineros de Seattle con un cuadrangular,
algo que no lograba pelotero alguno en las Ligas Mayores desde su propio
paisano Miguel Cabrera en 2003 con los entonces Marlins de la Florida.
“Yo no me lo esperaba [un inicio de tal magnitud], solamente
estaba tratando de dar lo mejor de mi en el terreno”, recordó el venezolano.
“Gracias a Dios tuve ese debut, fue algo así como inolvidable”.
Lo que no fue una sorpresa para Pérez fue su ascenso a las
Grandes Ligas.
“De verdad que lo venía esperando, venía trabajando para esto”,
expresó el nativo del estado Carabobo, al nor-centro de Venezuela. “Cuando se
dio la noticia, la agarré con mucha calma.
“Estar aquí es una gran satisfacción, fruto de todo el trabajo
que uno ha venido haciendo”, agregó el joven que por ahora es el suplente del veterano Chris Iannetta. “La dedicación, el trabajo día a día, el
esfuerzo. Ha sido parte de ese empuje para ser mejor”.
Contar con un dirigente con amplia experiencia como receptor
es un factor que ayuda bastante a Pérez en su trabajo diario con la novena que
encabezó las Grandes Ligas en victorias (98) en 2014.
“Cuando llegué a los Entrenamientos de Primavera, lo primero
que me dijo [Scioscia] es que lo importante para un catcher es ser el líder, todo
el cuadro te está viendo, necesitas ganarte la confianza de todos”, explicó el
venezolano.
Quizás la actual campaña se prolongue para los Angels ,
porque son fuertes candidatos para llegar lejos en la postemporada de 2015. Ese
pudiera ser uno de los factores para que se limite el juego de Pérez en la
exigente pelota invernal venezolana, a la cual le debe mucho de su progreso,
especialmente luego de batear para .329 en 14 partidos de la justa 2014-15 con
los Leones del Caracas.
“Yo quisiera [jugar en la temporada venezolana 2015-16]”, afirmó
el sudamericano. “No sé qué planes tiene Anaheim. Espero que se me de la
oportunidad. La pelota invernal es de mucha ayuda para todos los peloteros.
Allá participan muchos veteranos que han jugado en las Grandes Ligas. Es una
gran experiencia”.
Por cierto que algunos detalles peculiares de su vida y de
su carrera se parecen bastante a las experiencias del gran receptor boricua
Bengie Molina, quien fuera el catcher de los Angels cuando ganaron la Serie
Mundial de 2002.
Molina jugaba varias posiciones, menos la receptoría, al
igual que Pérez, pero a la postre se consagró como máscara. Los hermanos de
Bengie, José y Yadier, son receptores, un caso similar al de Carlos.
“Mi hermano mayor jugó con [la organización de] los
Cachorros de Chicago y también tengo un
hermano menor receptor que está con los Medias Blancas en la República
Dominicana”, detalló Pérez. “Los dos se llaman Carlos. Mi papá se llama Carlos.
Hay muchos Carlos en la casa”.
Todavía tiene que pasar mucha agua debajo de los puentes
para que la promesa de los Angels se convierta en una figura en las Ligas
Mayores, pero a nadie debería sorprender que se acercque un poco más a su sueño
de ser titular a partir de 2016.
Talento lo tiene a manos llenas. Y sobre todo cuenta con enormes ganas de triunfar.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
Comentarios