Manolo Hernández Douen
“Volver a construir o reparar una cosa
destruida o deshecha”.
Esa es la definición de la palabra
reconstruir que ofrece el diccionario.
Ben Zobrist cae como
anillo al dedo a los Atléticos por su
enorme versatilidad. Puede jugar en
varias posiciones como si fuera la
suya propia. (Foto: cortesía de Michael
Zagaris, Oakland Athletics).
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“Ya estoy demasiado viejo para una reconstrucción
de cinco años”, proclamó el gerente general del equipo, Billy Beane.
Pero cualquiera que vea el posible equipo
titular de los Atléticos se rascaría la cabeza de pensar qué
significan esas declaraciones de Beane.
La fanaticada necesitaría un programa para
identificar el cuadro completo de los Atléticos, que en un momento determinado
pudiera tener seis rostros diferentes de 2014 a 2015, incluyendo el lanzador y
el receptor en acción.
Sin los bates de Yoenis Céspedes, Brandon
Moss y Josh Donaldson, que sumaron 76 jonrones y 279 carreras impulsadas en
2014 –el cubano dividió la campaña entre los Atléticos y los Medias Rojas de
Boston- y sin abridores de la talla de Jeff Samardzija y Jon Lester, los
Atléticos tratarán de probar que sí se puede lograr un buen saldo aun cuando se
cambien muchas piezas.
La historia reciente le da la razón a los Atléticos en lo que al pitcheo se refiere.
Todavía se recuerda la era en la que
Oakland tenía una estupenda trilogía de abridores con Tim Hudson, Mark Mulder y
Barry Zito, pero se mantuvieron competitivos luego de deshacerse de esos
serpentineros, al igual que ocurrió un quinquenio más tarde con los iniciadores
estelares Trevor Cahill y Gio González, así como el cerrador Andrew Bailey.
El reto es mayor ahora cuando se ha
alterado tanto el conjunto de peloteros de posición de los Atléticos de una
temporada a otra.
“Nuestras expectativas no han cambiado”,
asegura Bob Melvin, uno de los pocos dirigentes que han sido Manager del Año
tanto en la Liga Nacional como en la Americana.
Oakland no disfruta de un pelotero con 100
ó más carreras impulsadas en una campaña completa de la novena desde Frank
Thomas en 2006, pero entre Billy Butler, Ike Davis y Ben Zobrist los Atléticos suman
seis temporadas con 90 ó más impulsadas, incluyendo 107 del primero de los
nombrados con los Reales de Kansas City en 2012.
En otras palabras, el potencial para una
temporada productiva de los principales artilleros de fuerza de la novena está
presente en el actual roster de los Atléticos y esas posibilidades de carreraje
aumentarían si el tercera base Brett Lawrie, otrora prospecto de los Azulejos
de Toronto que tiene apenas 25 años de edad, juega una campaña libre de
lesiones.
Con Zobrist se acentúa el concepto de
versatilidad que ha caracterizado a la novena en los años de Melvin como
piloto. El veterano iba a iniciar la campaña como camarero, pero es capaz de
brillar en varias posiciones, lo cual le da gran flexibilidad al timonel. De
hecho, pudiera alinear como jardinero derecho mientras dure la baja del titular
Josh Reddick, afectado del oblicuo derecho.
Si de experiencia a la hora buena se trata,
Butler y Zobrist ofrecen lo que aún no tienen Céspedes, Donaldson, ni Moss: la
tan importante incursión en una Serie Mundial.
Por supuesto, la lista de sí condicionales
es demasiado larga para poder conceptuar a los Atléticos como contendientes en
una División que se ha puesto mucho más difícil al robustecerse los Marineros
de Seattle.
Uno de los principales sí condicionales es
Marcus Semien, que abrirá como paracorto titular, pese a que su experiencia
como tal en las Ligas Mayores es de apenas seis juegos con los Medias Blancas
de Chicago.
“Nos iba a ayudar bastante y de seguro los
ayudará a ellos”, fue el elogio de despedida de Semien del gerente general de
los Medias Blancas, Rick Hann, refiriéndose por supuesto al hecho de que
contaban con él fundamentalmente como suplente de cuadro.
Davis, demoledor en la actual pretemporada,
es otro sí condicional. Sí rinde como lo hizo con los Mets de Nueva York en
2012, cuando disparó 32 jonrones, la fanaticada pudiera olvidar pronto a Moss.
Por otra parte, la combinación de
receptores de Stephen Vogt y Josh Phegley pudiera ser la mejor desde la era de
Kurt Suzuki como titular tanto a la defensiva como a la ofensiva. Vogt es
tremendo bate zurdo y dícese de Phegley que tiene un cañón por brazo.
El buen pitcheo no es un misterio para los Atléticos y va a ser uno de
los puntos fuertes del equipo. La rotación es encabezada por Sonny Gray (#1 en el orden) y Scott
Kazmir (#3), y cuenta con varios brazos jóvenes adquiridos de otras organizaciones,
como Jesse Hahn (#2) y Kendall Graveman (#4) así como con el zurdo Drew Pomeranz, quien pintaba muy bien en 2014 hasta que
se fracturó una mano por golpear una silla en una rabieta.
El cuerpo de relevistas será de nuevo uno
de los más fuertes de la Liga Americana, especialmente por la incorporación de
Tylar Clippard, con experiencia como cerrador y otras funciones importantes en
el bull pen de los Nacionales de Washington, pero tendrán que lidiar con la
difícil baja del taponero Sean Doolittle en las primeras semanas.
Un cambio en los jardines del equipo: el
veterano Coco Crisp, actualmente lesionado, se muda al bosque izquierdo, abriéndole camino en el
central a los también excelentes y veloces fildeadores Craig Gentry y Sam Fuld.
¿Curiosidades? La novena contó en los
Entrenamientos de Primavera tanto con su ex abridor legendario Zito, como con
Pat Venditte, que dejó una buena impresión como relevista ambidextro.
Uno de los rostros nuevos, Mark Canha,
tiene tanto poder que pudiera ser una nueva versión de Nate Freiman, que se abrió
camino a Oakland en una situación similar: como pelotero de la Regla 5.
¿Pueden los Atléticos clasificar a los
Play-Offs por cuarto año seguido? No será nada fácil, pero Melvin ha probado a
lo largo de su carrera que con él no hay tarea imposible.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la
esperanza.
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