Manolo Hernández Douen
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡Ay Dios!”: ley de “Pedro Navaja”.
El lema de la famosa canción de Rubén Blades también se aplica al Béisbol de Lujo.
Josh Hamilton va a marcar una diferencia enorme en el equilibrio de toda la Liga Americana en el 2013. Foto cortesía de Angels Baseball.
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Una tonelada de millones salió de las alforjas de varios equipos de las Grandes Ligas como preparación con miras a la temporada del 2013.
¿Sorpresa? No lo es. Porque la libre agencia ha sido desde hace muchos años la fuente de talento de la cual se surten las novenas de la Gran Carpa.
La sorpresa es que uno de esos equipos no fue el de los Yankees de Nueva York, que ahora está inmerso en un plan de austeridad que tiene de cabeza a todos los expertos.
Y la sorpresa se la van a llevar muchos magnates si todo lo que han invertido para estructurar sus respectivos equipos no se traduce por lo menos en un banderín divisional.
Los Dodgers de Los Angeles se han gastado tanta plata en peloteros desde mediados del 2012 que muchos expertos los catalogan como favoritos para destronar a los Gigantes de San Francisco, campeones de la Serie Mundial, de la cima del Oeste de la Liga Nacional.
Los Angelinos de Los Angeles/Anaheim han acudido tan profundamente a sus amplias alforjas que imaginan los entendidos que desalojarán de la azotea del Oeste de la Liga Americana a los campeones reinantes, los Atléticos de Oakland.
Los Azulejos de Toronto se armaron de tal manera que son candidatos a ganar una de las divisiones más fuertes de las Grandes Ligas, como lo es el Este de la Liga Americana.
¿Saldrá un monarca absoluto de los arriba citados? ¡Puede ser! Pero hay que recordar una constante en el mundo deportivo de la que no se salva el béisbol: No siempre brilla lo que tanto luce en el papel.
Zack Greinke fortalece de tal manera el pitcheo de los Dodgers que la rotación de Don Mattingly, apuntalada por Clayton Kershaw y alimentada además por Josh Beckett, pudiera poner a la tropa blanquiazul a la altura de la de los Gigantes, que de por sí ha sido una de las principales razones del porqué los muchachos de Bruce Bochy han ganado dos Series Mundiales en apenas tres años.
La recuperación física de Matt Kemp, el retorno de Carl Crawford y el hecho de que el valioso primera base mexicano Adrián González va a su primera temporada completa con la novena de Los Angeles, permiten considerar a los Dodgers como un hueso duro de roer.
No obstante, los Gigantes retornan con el núcleo de la novena que barrió en la Serie Mundial a los poderosos Tigres de Detroit y su pitcheo vuelve a ser una fortaleza inexpugnable, desde su abridor de cabecera, Matt Cain, hasta su cerrador, Sergio Romo.
Ese Oeste de la Liga Nacional será una batalla entre tres excelentes elencos si responde el cuerpo de abridores de los Diamondbacks de Arizona, especialmente su pitcher de cabecera, Ian Kennedy, candidato al Cy Young en el 2011 que se vino a menos en el 2012.
En el papel, lucen más los Dodgers en una batalla tripartita promete ser de campana a campana.
Entretanto, en el Este de la Liga Nacional se espera un duelo tan o más acentuado, por el hecho de que los Nacionales de Washington, capaces de encabezar las Grandes Ligas con 98 victorias en el 2012, ya no tendrán restricciones para su principal abridor, Stephen Strasburg y volverán a ser un hueso duro de roer.
No se puede descartar nunca a los Bravos de Atlanta, por la fuerza de su ofensiva y la calidad de su cuerpo de relevistas, ni mucho menos a los Filis de Filadelfia, campeones de esa misma División por cinco temporadas consecutivas y ganadores de 102 partidos en 2011 hasta un 2012 en el cual nunca pudieron recuperarse físicamente baluartes de la talla de Ryan Howard y Chase Utley.
Con esos dos caballos de retorno a la alineación de Charlie Manuel, los Filis volverán a ser el rival a vencer en el Este del Viejo Circuito.
Dos equipos escarlata, los Cardenales de San Luis y los Rojos de Cincinnati, ambos víctima de los Gigantes en la postemporada del 2012, van a ser demasiada pieza para sus contrincantes en el Centro del Viejo Circuito, con ventaja para los muchachos de Dusty Baker por el hecho de que ya superaron la angustia vivida en la recta final del año pasado por la prolongada lesión del primera base Joey Votto y porque el relevista cubano Aroldis Chapman va a marcar diferencias enormes con su mayor experiencia como cerrador.
Rara vez el Este de la Americana es un paseo de salud, pero pudiera serlo en el 2013 con unos Azulejos súper blindados, tras fortalecerse con adquisiciones como el paracorto dominicano José Reyes y los abridores Mark Buehrle y Josh Johnson, entre otros provenientes de los Marlins de Miami, y del Premio Cy Young de la Liga Nacional, el nudillero R.A. Dickey, en canje con los Mets de Nueva York, entre otras adiciones como la del jardinero dominicano Melky Cabrera.
Ciertamente los Azulejos calcularon el momento exacto para hacerse fuertes y lo es justamente el 2013, porque los poderosos Yankees arrancan diezmados por sus lesiones, los Medias Rojas de Boston necesitarán dar un salto gigantesco de un año a otro solamente para ser contendores de nuevo y los Orioles de Baltimore aún necesitan probar que su gran 2012 no fue obra de la casualidad.
Toronto arranca como favorito, pero cuidadito si la gran sorpresa del Este de la Liga Americana no vuelven a ser unos Rays de Tampa Bay que siempre se las ingenian para sacar lo mejor de su plantel gracias a la magia de Joe Maddon que es como una especie de Rey Midas del timón: todo lo que toca lo convierte en oro.
Del Centro de la Americana surgió el campeón del Joven Circuito en el 2012 y ese mismo monarca, el poderoso conjunto de Detroit, vuelve a ser el rival a vencer en esa División, quizás la más floja de las Ligas Mayores.
Con una ofensiva encabezada por Miguel Cabrera, el primer Triple Coronado de las Grandes Ligas en casi cinco décadas y un pitcheo liderado por Justin Verlander, una de las figuras más dominantes de la lomita en la Gran Carpa, la novena dirigida por Jim Leyland asoma de nuevo como hueso duro de roer, pese al empuje de los Medias Blancas de Chicago que tanta batalla le dieron a los Tigres en el 2012 y al contundente progreso entre temporadas de los Reales de Kansas City, que ahora tienen los brazos necesarios para guiar a un equipo joven saturado de talento.
Del Oeste, empero, pudiera surgir tanto el campeón de la Liga Americana en el 2013 como tres participantes en la postemporada.
Los Angelinos, que ya habían mejorado mucho antes del 2012 al contratar al dominicano Albert Pujols, uno de los peloteros más completas de nuestra era, disfrutan de la consagración de Mike Trout, Novato del Año de la Liga Americana y digno adversario de Cabrera por el título de Jugador Más Valioso.
Por si fuera poco, ahora también cuentan, gracias a la danza de los millones, con Josh Hamilton, otrora baluarte de los Rangers de Texas y ahora coprotagonista, junto a Pujols y Trout, de la que pudiera ser la ofensiva más temible de su Liga.
De esa misma División pudiera emerger por lo menos dos participantes en la postemporada, ya que los Rangers de Texas aún tienen la fortaleza para hacerle recordar al planeta que fueron protagonistas de la Serie Mundial tanto en 2010 como en 2011.
Y los Atléticos probaron en el 2012 que un equipo con semejante pitcheo, y con una ofensiva encabezada por el cubano Yoenis Céspedes, a quien le esperan muchas jornadas de gloria en el Béisbol de Lujo por su enorme talento, nunca puede ser conceptuado como un rival pequeño.
En el camino se va a saber cuáles serán los participantes en la postemporada del 2013.
¿Avanzarán en la Nacional los Dodgers, Filis, Rojos, Gigantes y Nacionales, los tres primeros como campeones divisionales? ¿Lo harán en la Americana los Angelinos, Azulejos y Tigres, como monarcas, y los Atléticos y los Rangers como Wild Card?
Eso lo sugiere el papel, pero no se jugará con el poder del dólar o el recuerdo del pasado reciente, sino con el esfuerzo que se despliegue en los siguientes siete meses en el diamante.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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