Manolo Hernández Douen
De uno se sabía que era un bateador productivo, pero con mucho que aprender como receptor.
Del otro se decía que valía la pena probarlo a ver si haría el grado como valioso suplente.
Los dos superaron las expectativas puestas en ellos. ¡Y de qué manera! De paso, probaron la enorme importancia que tiene la pelota invernal para el fogueo y/o desarrollo de un pelotero.
Como si fueran feroces escualos en busca de una presa sangrienta en alta mar, Héctor Sánchez y Grégor Blanco no solamente se convirtieron en gratas sorpresas en la Liga del Cactus sino que supieron conquistar su sueño dorado: abrir la temporada en las Grandes Ligas con los Gigantes de San Francisco.
Blanco será un guardabosque que irá mucho más allá del concepto de lo que es un suplente y Sánchez el segundo de a bordo de la receptoría custodiada por el estelar Buster Posey.
“Me siento bien contento de tenerlos como compañeros de equipo, pero no me sorprende que lo hayan logrado porque tuvieron una gran actuación en Venezuela y rindieron bastante en la pretemporada en Arizona”, comentó entusiasmado el tercera base Pablo Sandoval a una pregunta de Béisbol por Gotas sobre los peloteros de los Tiburones de La Guaira que ahora son Gigantes.
Los logros de Blanco y Sánchez fueron enormes en la campaña venezolana, el uno como Jugador Más Valioso al promediar .337, con 17 bases robadas, entre sus muchos méritos, y el otro como Novato del Año al batear para .339 con 40 carreras impulsadas en 51 juegos.
A los tres venezolanos los ubicaron uno al lado del otro en los vestidores de los Gigantes. Y por supuesto, ya comenzaron las bromas entre ellos. Blanco subió a las Grandes Ligas primero (comienzos de 2008), pero “yo ya tengo cuatro años aquí”, proclamó orgulloso Sandoval. Sánchez necesita quedarse calladito en cualquier conversación de esta índole porque es apenas un novato.
Todos sonríen ampliamente ahora al ser parte de un equipo del que se considera pudiera volver a la cima de la División Oeste de la Liga Nacional, pero sí tuvieron dudas de que podrían reunirse este mismo año en el exigente nivel del Béisbol de Lujo.
“La duda siempre estuvo allí’’, reconoció Blanco, de 28 años de edad, a Béisbol por Gotas. “Siempre vislumbré que iba a ir la Triple ‘A’ por lo menos por un mes, pero la verdad es que desde que llegué [a los Entrenamientos de Primavera] me dieron mucha oportunidad”.
Ese chance consistió en más turnos al bate (78) que Gigante alguno y la supo traducir a su beneficio al promediar .333 con ocho transferencias -líder de San Francisco- y 13 bases robadas, tope de las Grandes Ligas. De hecho, estafó sus 13 almohadillas en sólo 14 intentos.
Cuando el dirigente de los Gigantes, Bruce Bochy, le dio las buenas nuevas la noche del martes 3 de abril, Blanco sonrió por fuera y por dentro sintió una calma enorme.
“Me relajé, me relajé bastante”, confesó Blanco. “Me enorgullece haber hecho el equipo, pero sé que debo seguir trabajando bien duro sumando todo lo que pueda dar de mí cada día”.
Bochy ya tenía referencias de Blanco por el hecho de que alineó en 144 juegos con los Bravos de Atlanta en 2008 y por las recomendaciones dadas por dos de sus instructores, el de bateo curazoleño Hensley Meulens, y el de liga menor venezolano José Alguacil.
“Tuvo una gran pretemporada y nos brinda –además de su defensa y velocidad- el arma de que puede ser potencialmente otro candidato para el tope de la alineación”, analizó Bochy.
Debido a la excelente defensa de Blanco, unida a la que ya aportan el puertorriqueño Angel Pagán, jardinero central titular de los Gigantes; el dominicano Melky Cabrera y Nate Schierholtz, San Francisco arranca con un cuerpo de guardabosques de altos quilates.
“Es el mejor outfield de la Liga Nacional”, pronosticó Pagán. “Nuestra defensiva es buena y tenemos buena velocidad. Y es bien importante tener buenos guantes en parque de los Gigantes donde hay bastante territorio que cubrir”.
Mientras Pagán, Cabrera, Schierholtz y Blanco cubren las verdes praderas como un mantel gigantesco –aunque la defensa no será tan sobresaliente cuando Aubrey Huff patrulle el bosque izquierdo, opción por la que se inclina Bochy en la aurora de la temporada-, Sánchez tratará de sumar su granito de arena como receptor en los días en los que no alinee Posey y como bate productivo, razón principal por la que hizo el grado.
Si hace falta un tercer receptor, Sandoval será un candidato ideal, de acuerdo a los planes que tiene Bochy para el “Panda’’ de Puerto Cabello, Venezuela.
“Creo que hice buen trabajo desde que comenzaron los Entrenamientos de Primavera, pero la decisión estaba en manos de ellos [los Gigantes]”, dijo Sánchez, de apenas 22 años de edad, luego de batear para .383, con cuatro jonrones y 10 carreras impulsadas en la pretemporada. “Esto es algo por lo que he trabajado mucho, con lo que he soñado por bastante tiempo”.
Algunos expertos pensaban que los Gigantes preferirían continuar con uno de dos entre los veteranos Eli Whiteside y Chris Stewart como suplentes de Posey, pero el primero fue enviado a la Triple “A” y el segundo fue canjeado a los Yankees de Nueva York por el serpentinero de las ligas menores George Kontos.
“No dudaría por ningún momento al colocarlo detrás del plato”, calificó Bochy con relación a Sánchez. “Adelantó mucho de una temporada a la otra por su trabajo en Venezuela y en los Entrenamientos de Primavera”.
Todo el mundo de aquí a la China sabe que Sánchez es un bateador de respeto, pero su reto será trabajar de manera ideal con uno de los mejores cuerpos de lanzadores de las Grandes Ligas, máxime si se toma en cuenta que Posey pudiera no alinear en más de 120 juegos como receptor por razones obvias: lo van a llevar con cautela tratando de evitar cualquier repercusión de la lesión en la parte inferior de la pierna izquierda sufrida en mayo pasado.
“Aquí he aprendido de todos”, agradeció Sánchez. “Esta es una oportunidad que espero aprovechar al cien por ciento”.
Ser un receptor suplente de Grandes Ligas es una gran oportunidad especialmente si se presenta en circunstancias en las que podría consumir más de 300 turnos en su primera temporada completa, pero no crea usted que Sánchez se conformará con eso.
Su próxima meta es rendir tanto a la ofensiva como a la defensiva para convencer al alto mando de los Gigantes que sí puede ser el titular si acaso la novena proyecta convertir a Posey en primera base para asegurarle una carrera más larga en el medio de la alineación.
¿Y por qué no? Ya ha demostrado lo que puede hacer si trabaja duro para alcanzar su sueño, al igual que lo hizo su compañero escualo Blanco con miras a 2012.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
Comentarios