Manolo Hernández Douen
Los Atléticos de Oakland suelen tener bastante éxito al desarrollar lanzadores de calidad.
Ha llegado la hora de que también obtengan un jardinero de poder de su propia cosecha.
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Yoenis Céspedes impuso marca en Cuba con 33 jonrones con el equipo Granma. Los Atléticos esperan que esa fuerza alimente el anémico ataque del equipo. |
De allí la importancia del cubano Yoenis Céspedes, quien llegó a un acuerdo con la novena del Norte de California que dejó estupefacto a los principales expertos de las Grandes Ligas.
A través de un pacto por cuatro años y $36 millones, los Atléticos logran los servicios de un buen bate de fuerza que tanta falta les hacía y a la vez una herramienta para obtener luego otras promesas del diamante si eso llega a ser necesario a la vuelta de un par de años.
Y si Céspedes le sale a los Atléticos como el paracorto cubano Alexei Ramírez a los Medias Blancas de Chicago se habrán sacado la lotería a corto plazo.
Como todo pelotero carente de experiencia en el profesionalismo, Céspedes tendrá que comerse las verdes antes de poder saborear las maduras.
Ramírez anduvo dando tumbos en sus dos primeros meses en el Béisbol de Lujo antes de culminar el 2008 con números sólidos de .290, con 21 jonrones y 77 carreras impulsadas.
Luego de promediar .334 de por vida en Cuba y de batear para .375 como jardinero central de su país en el Primer Clásico Mundial en el 2006, Ramírez estaba en .143 el 15 de mayo del 2008, precedente que deberán tomar en cuenta los especialistas de los Atléticos si esperan un comienzo veloz de Céspedes.
Al igual que su paisano, Céspedes debutará en las Grandes Ligas a sus 26 años. Así como lo fuera Alexei, Yoenis también acribilló a los lanzadores en la pelota antillana con porcentaje de .333, 99 carreras impulsadas y una marca cubana de 33 bambinazos en apenas 90 encuentros en la Serie Nacional 2010-11. De paso, brilló en el segundo Clásico Mundial con .458 como jardinero central en el 2009.
En otras palabras, el potencial está allí. El reto se le planteará tanto al enfrentarse a un estilo de vida totalmente diferente fuera del diamante como al medirse a lanzadores que por su calidad subrayan la enorme diferencia que hay entre las ligas menores y la meca de la pelota.
No es la primera vez en la era del gerente general Billy Beane que los Atléticos tratan de adquirir talento internacional sin experiencia en las Grandes Ligas. Estaban en la batalla por el veloz lanzador zurdo Aroldis Chapman, pero los Rojos de Cincinnati se quedaron con el cubano por seis años y $30 millones.
Aunque sus alforjas no son profundas, los Atléticos le dieron en el 2008 un bono de $4.25 millones –en su tiempo el pacto más alto para un amateur latinoamericano- al lanzador dominicano de 16 años de edad Michael Ynoa.
Oakland ganó en noviembre del 2010 el derecho exclusivo a negociar con el japonés Hisashi Iwakuma, pero a la postre no pudo firmar al citado lanzador.
En una transacción de menor monta económica firmaron el año pasado al ex serpentinero de la selección perlantillana Yadel Martí, quien trabajó en el 2011 en las ligas menores y comentó a un diario de Puerto Rico que aspiraba a pasar a una organización donde pudiera recibir mayores oportunidades.
Recientemente, Beane informó que los Atléticos gastarán más que de costumbre en la adquisición de peloteros reclutados en el draft o selección de talento amateur.
Con Céspedes el paso es mucho más grande y pudiera constituirse en sumamente productivo en una era en la que los Atléticos tienen una de las ofensivas colectivas más anémicas de las Grandes Ligas.
La pregunta siguiente estriba en el tiempo que permanecería Céspedes al servicio de los Atléticos, una franquicia de bajo presupuesto, tomando en consideración que su salario sube considerablemente para su tercera y cuarta temporadas . De acuerdo a fuentes extraoficiales su contracto está desglosado en $6.5 millones para el 2012, $8.5 para el 2013 y $10.5 en campañas subsiguientes.
Si Céspedes prueba su valía en las dos primeras temporadas pudiera ser usado como carnada para obtener nuevos prospectos que a la postre mantengan vivo el ciclo que ha desarrollado esta franquicia por falta de recursos económicos.
La otra posibilidad es que reinviertan en Céspedes, como lo hicieron los propios Medias Blancas al darle un pacto multianual a Ramírez por cuatro años y $32.5 millones firmado en el 2011 y que regirá a partir del 2012, pero eso no ocurrirá a menos que se asegure la mudanza de la novena de Oakland a San José y por consiguiente pueda subir el presupuesto del equipo.
Sea como fuera, ojalá los Atléticos tengan con Céspedes una mejor visión que la que exhibieron con Andre Ethier y el venezolano Carlos González, dos jardineros canjeados a los Dodgers de Los Angeles y los Rockies de Colorado, respectivamente, elencos con los que se han convertido en estrellas.
Por entusiasmo y por deseo no se va a perder la batalla, ya que Céspedes se ha destacado por su espíritu competitivo y así lo reflejan sus primeras declaraciones tras llegar al acuerdo.
“Estoy súper feliz porque este ha sido mi sueño desde hace bastante tiempo”, dijo al portal de Major League Baseball desde la República Dominicana, donde ha fijado su residencia. “Mi meta es jugar en las Grandes Ligas”.
Curiosamente, formará parte de un equipo que comenzó el invierno con un cuerpo de jardineros despoblado, pero que ahora cuenta con piezas a granel, incluyendo a los adquiridos Seth Smith (Rockies de Colorado), Josh Reddick (Medias Rojas de Boston) y Colin Cowgill (Diamondbacks de Arizona); los firmados Coco Crisp y Jonny Gómez, y el propio Michael Taylor, conceptuado como gran promesa.
Obviamente, algunos de estos guardabosques serán incluidos en futuros canjes.
A la postre, Crisp, considerado como uno de los mejores jardineros centrales de las Grandes Ligas, pudiera ser un mentor ideal para Céspedes en su meta de instalarse algún día no muy lejano como defensor de esa exigente posición en la Gran Carpa.
De lo que haga en los venideros Entrenamientos de Primavera dependerá si ya está listo para dar ese paso de una vez.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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