Manolo Hernández Douen
Un pelotero necesita tener talento para ganarse un puesto cuando nadie se lo espera.
A un lanzador le urge ser valiente para sacar outs en las Grandes Ligas tras ser ascendido sin experiencia alguna en la Triple “A” y de hecho muy poca en la Doble “A”.
La combinación de talento y valentía puede llevar bien lejos en las Grandes Ligas al venezolano Brayan Villarreal (Foto por Mark Cunningham/Detroit Tigers). |
Apunten a Brayan Villarreal, novato venezolano de los Tigres de Detroit que el 10 de mayo cumplirá 24 años de edad, como una combinación de talento y valentía.
Es la fórmula que le ha permitido a este joven de Macuto, popular balneario del Litoral Central venezolano, quedarse de manera convincente como miembro del cuerpo de relevistas de un hombre que sabe manejar muy bien su bullpen, como lo es Jim Leyland.
“Tiene mucha confianza en sí mismo, mantiene la pelota bajita y no tiene miedo”, calificó el experimentado dirigente de los Tigres. “Me gusta”.
Villarreal fue “bautizado” por un cuadrangular del poderoso tercera base de los Yankees de Nueva York, Alex Rodríguez, en su debut en el Béisbol de Lujo, pero luego demostró el material del que está hecho al no permitir carrera alguna en cuatro de sus siguientes cinco apariciones con los Tigres.
La efectividad de 5.63 que exhibía el 21 de abril no es el mejor parámetro del trabajo que ha hecho con la novena de la Ciudad Automotriz, pero hay que tomar en cuenta que tres de las carreras que ha permitido pisaron el plato después de que el venezolano fue sustituido en la lomita en el cotejo del 15 de abril que significó su primera victoria en las Ligas Mayores frente a los Atléticos en Oakland.
“Brayan ataca la zona de strike sin temor alguno”, analizó el instructor de pitcheo de los Tigres, Rick Knapp, al ser entrevistado por Béisbol por Gotas en torno al joven derecho. “Tiene una idea de lo que está haciendo en la lomita. No contaba con experiencia a este nivel, pero obviamente [se nota que] ha lanzado previamente.
“Necesita controlar sus emociones y ha hecho un excelente trabajo en este sentido”, especificó Knapp. “Le tiene gran confianza a su habilidad”.
La admiración tanto del manager como del coach de lanzadores de Detroit no es un obsequio, sino la prueba de que Villarreal ha sabido ganarse el respeto del alto mando de los felinos rayados.
No es un lanzador que impresione desde la lomita por su físico, pero cuenta con algo que no se compra en el supermercado de la esquina: sangre fría y disposición para salir de situaciones de apremio.
De cierta manera hace recordar a otro lanzador venezolano, Manuel Sarmiento, quien con un físico más o menos idéntico, es decir 1.78 metros (6 pies) de estatura y 78 kilogramos (170 libras) de peso contribuyó a La Gran Maquinaria Roja de Cincinnati desde la tierna edad de 20 años y que a la postre tuvo marca de 26-22 y efectividad de 3.49 en siete temporadas en la Gran Carpa de 1976 a 1983.
“Parece que [Villarreal] tuviera por lo menos tres temporadas en las Grandes Ligas”, definió el taponero estelar de los Tigres, el dominicano José Valverde.
Valverde ha visto poco de Villarreal, pero lo que ha observado del venezolano ha sido suficiente para catalogar a su joven colega como un pitcher que tiene material para quedarse por largo rato en la mejor pelota que se juega en el planeta.
“Tiene mucha habilidad y juventud”, elogió Valverde, que cuenta con casi 200 juegos salvados en el Béisbol de Lujo. “Le gusta trabajar y eso es bien importante en las Grandes Ligas.
“Comenzó la temporada lanzándole bien a varios equipos (Yankees, Orioles de Baltimore, Rangers de Texas) que se han reforzado bastante”, explicó Valverde. “Lo que necesita es aprender cada día más, para que pueda enseñar que es un pitcher de Grandes Ligas”.
Trabajar fuerte no ha sido nunca un problema para este lanzador que en la pelota venezolana representa a los actuales campeones reinantes, los Caribes de Anzoátegui, y que vive desde los 10 años de edad en Valencia, capital del estado Carabobo en la zona norcentral de Venezuela.
Firmado por la organización de los Tigres en el 2005, su ascenso hubiera sido más rápido de no haber pasado por la pesadilla de varias lesiones en las ligas menores, incluyendo una operación del hombro derecho en el 2007, cuando apenas intervino en un encuentro.
Fundamentalmente un abridor en su camino por el sistema de fincas de los felinos, considera que su trabajo en la pasada temporada invernal venezolana, cuando tuvo marca de 5-0 y 24 ponches en 31 episodios, jugó un papel vital para complementar una excelente campaña que inició en el norte con 136 ponches en apenas 129.1 innings entre la Clase “A” y la Doble “A”.
“Me ayudó, especialmente cuando lancé en días consecutivos”, agradeció Villarreal, al hablar sobre su experiencia con los Caribes.
Su capacidad para relevar con frecuencia la pulió precisamente en la exigente pelota venezolana al punto de que ahora le gusta más esa función que la de ser abridor.
“Me gustaba iniciar juegos en las ligas menores, porque a los abridores [de la organización de los Tigres] les brindaban más oportunidades de subir”, reveló. “Pero ahora me siento súper bien, hasta mejor que abriendo”.
El hecho de que se ganase el puesto en un cuerpo de relevo liderado por los veteranos quisqueyanos Valverde y Joaquín Benoit fue una sorpresa para muchos entendidos, pero Villarreal vislumbraba que se le iba a abrir una ventana en la novena dirigida por Leyland.
“Me lo esperaba [integrar el equipo grande], porque ví en el Spring Training que aquí [con Detroit] había chance”, dijo Villarreal, quien tuvo entre sus compañeros de bullpen al también venezolano Enrique González, bajado a la Triple “A” el 20 de abril.
“Para mí esto es como un sueño y ahora me propongo hacer buen trabajo y mantenerme sano para quedarme aquí”, puntualizó Villarreal.
Envíos en recta, sinker, slider y un cambio que comienza a utilizar más poco a poco, son los recursos como serpentinero de Villarreal, que juega a la pelota desde los 6 años de edad y que admiraba desde chiquito a Andrés Galarraga y Omar Vizquel.
“Posteriormente, me gustaba [el dominicano] Pedro Martínez”, manifestó Villarreal, refiriéndose a todo un titán de la lomita, pese a su aparente endeble contextura física.
Todavía es demasiado temprano para pronosticar qué tan extenso pueda ser el trayecto de Villarreal en las Ligas Mayores, pero es importante subrayar que Leyland, a quien le encanta cambiar relevistas con frecuencia de acuerdo a las características del bateador contrario, suele mantener bajo su tutela a todo lanzador joven que mantenga la bola bajita y no se amilane en situaciones de apremio.
El futuro le sonríe a Villarreal con estos Tigres del 2011. Y pensar que a estas alturas del 2010 apenas trabajaba a nivel de la Clase “A”.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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