Manolo Hernández Douen
Adrián González será enorme, por la productividad del primera base mexicano a la ofensiva y su seguridad con el mascotín.
No hay duda de que el rapidísimo Carl Crawford aportará tremenda chispa a la alineación.
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Marco Scutaro será un pelotero de vital importancia para las aspiraciones de los Medias Rojas en el 2011 (Foto por Grant Knowles). |
Esas adiciones, más un pitcheo cuyo cuerpo de relevo mejoró considerablemente entre una temporada a la otra, serán la base para lo que promete ser un gran 2011 para los Medias Rojas de Boston.
Pero no hay duda de que una clave para el éxito de la novena dirigida por Terry Francona será el retorno al primer plano de varios peloteros que le preparan el camino a los cañones grandes.
Uno de esos jugadores es el paracorto venezolano Marco Scutaro, quien prácticamente alineó a lo valiente en la segunda mitad del 2010 por los percances físicos que lo aquejaron.
Scutaro, quien pese a varias lesiones viene de sumar sus cifras tope en las Grandes Ligas con 150 juegos y 695 turnos al bate en el 2010, tiende a ser un ingrediente vital para los patirrojos.
Las recuperaciones del jardinero Jacoby Ellsbury y del intermedista Dustin Pedroia, así como la firma de Crawford, le dan a Francona un trío sólido para el primer tercio de la alineación, pero Scutaro marcará diferencias donde quiera que lo pongan en el orden.
Su porcentaje de por vida es de .267, pero el oriundo de San Felipe –capital del estado Yaracuy en la región norte-centro de Venezuela- ha promediado cerca de .280 en las dos campañas más recientes con los Azulejos de Toronto y los Medias Rojas.
De paso, redondea 59 carreras impulsadas y 89 anotadas por justa en las tres últimas temporadas, cifras por encima del parámetro general de los paracortos de las Grandes Ligas, aunque es mucho más útil todavía si se toma en cuenta la manera astuta con la que domina a la perfección los aspectos de la pelota fundamental.
Un versátil suplente en la mayor parte de lo que va de su trayectoria en el Béisbol de Lujo, Scutaro se convirtió en titular desde mediados del 2009.
Cito Gaston, entonces dirigente de los Azulejos, lo instaló como paracorto fijo para aprovechar tanto su defensa como su habilidad para ser bujía del ataque, especialmente porque Scutaro se superó bastante en su habilidad para negociar transferencias.
Posteriormente, el venezolano de 35 años de edad, quien se abrió paso a las Grandes Ligas con los Mets de Nueva York en el 2002 y que debido a su competitividad se convirtió en un pelotero tremendamente popular entre los aficionados de los Atléticos de Oakland del 2004 al 2007, también se supo ganar el respeto y la admiración de Francona en Boston por el coraje con el que se desempeñó en el 2010.
Tanto le molestaba el hombro a Scutaro desde mediados de esa campaña que le costaba trabajo ejecutar sus disparos desde el shortstop, pero insistía en seguir en el line-up como intermedista a sabiendas de que el equipo era un hospital.
Es por eso que Francona no titubea ni por un instante a la hora de depositar su confianza en el venezolano de manos seguras, pese al retorno de Jed Lowrie y el surgimiento de la gran promesa cubana José Iglesias.
Lowrie, quien aparentaba tener un mundo por delante con Boston antes de que los Medias Rojas firmasen a Scutaro el 4 de diciembre del 2009 a un contrato por $12.5 millones y dos temporadas con opción a una tercera campaña, será fundamentalmente un suplente de cuadro en el 2011.
Iglesias, el paracorto del futuro de los Medias Rojas, recibirá muchas oportunidades de jugar en la pretemporada, pero lo más probable es que lo envíen a la Triple “A” para que termine de pulir a ese nivel su tremendo talento natural. Después de todo, el nativo de La Habana apenas tiene 21 años de edad.
Por otra parte, así como Scutaro es bien valioso para los Medias Rojas tanto a la defensiva como a la ofensiva, el propio jugador encara en el l 2011 un año clave para su carrera.
Es obvio que los Medias Rojas preparan a Iglesias con miras al porvenir y de lo que haga el venezolano este año dependerá si la novena de Massachusetts retiene su opción contractual para el 2012 o si lo dejan ir como agente libre.
Ciertamente necesitará mejorar en el 2011 en un renglón en el que brilló en el 2009, cuando recibió 90 boletos y eso le permitió elevar su promedio de embasamiento a un sólido .379.
Tan vital fue Scutaro en ese departamento que sus 38 boletos comenzando entrada encabezaron las Grandes Ligas.
En el 2010 su número de transferencias descendió a 53.
Si disfruta de una temporada como la del 2009 e Iglesias no se desarrolla al punto de ser conceptuado como un titular para el 2012, Scutaro pudiera constituirse en el primer venezolano que abre tres campañas seguidas como paracorto de Boston desde que el legendario Luis Aparicio lo hiciera en las justas de 1971 a 1973.
Independientemente de lo que le depare el porvenir, Scutaro va a ser una pieza de enorme importancia en una temporada en la que Boston no se conformará con avanzar a los playoffs.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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