Manolo Hernández Douen
Los Gigantes y los Dodgers han protagonizado una de las rivalidades más acérrimas del Béisbol de Lujo desde que sus respectivas franquicias tenían su hogar en La Gran Manzana.
Eso no va cambiar ahora. Todo lo contrario.
Los tradicionales archirrivales tienen las armas necesarias en sus arsenales para protagonizar una batalla de vida o muerte literalmente desde que arranque la temporada del 2011.
Estos dos equipos han ganado los últimos tres títulos del Oeste del Viejo Circuito y, a menos que se produzca una sorpresa, van a coprotagonizar el duelo por el derecho de ir a los playoffs si acaso no son sorprendidos por los Rockies de Colorado.
La historia reciente de la pelota ha probado que esta División no es apta para cardíacos.
De hecho, la División Oeste de la Liga Nacional ha sido una de las más parejas de las Grandes Ligas en las diez campañas previas al 2011.
Con excepciones de las temporada del 2003, cuando los Gigantes disfrutaron de un paseo de salud al titularse por margen de 15.5 juegos, y del 2005, cuando los Padres de San Diego se coronaron con cinco partidos de diferencia sobre los Diamondbacks de Arizona, ninguno de los monarcas ha ganado con más de dos cotejos y medio de margen.
En ese lapso de 10 campañas, los Dodgers y los Diamondbacks ganaron tres títulos cada uno, con dos para los Gigantes y dos para los Padres.
Los Rockies fueron el único equipo de esta División sin coronas en ese lapso, pero acudieron a la Serie Mundial del 2007 luego de avanzar como el comodín de la Liga Nacional.
Esa proeza también fue lograda por los Gigantes al clasificar al Clásico de Octubre del 2002 luego de lograr su pase como wild card.
Un ejemplo fresco de la paridad que existe en el Oeste de la Nacional data de la propia temporada más reciente, en la que el único equipo que prácticamente no tuvo ningún chance fue el de los Diamondbacks.
Luego de desinflarse los Dodgers a comienzos del último mes, los Rockies mantuvieron una fuerte opción en la mayor parte de la recta final, y los propios Gigantes necesitaron del partido 162 de la campaña regular para eliminar a los sorprendentes Padres.
Por supuesto, el nivel de presión será mayor sobre los Gigantes porque vienen de ganar la Serie Mundial, su primera desde que tienen su base de operaciones en San Francisco.
Con un pitcheo fantástico como punta de lanza, los dirigidos por Bruce Bochy tratarán de mantener la tendencia de otros equipos del Oeste de la Nacional: ganar campeonatos consecutivos.
En efecto, los Diamondbacks ganaron en el 2001 y 2002, los Padres lo hicieron en el 2005 y el 2006, y los Dodgers fueron monarcas divisionales en el 2008 y el 2009.
¿Y por qué pueden prevalecer los Gigantes en la División Cardíaca? La respuesta es clara y contundente: por su tremendo pitcheo.
La novena de Bochy tuvo la mejor efectividad de las Grandes Ligas en el 2010 (3.36) y cuatro de sus cinco lanzadores abridores tienen 28 años de edad o menos.
Tim Lincecum, el boricua Jonathan Sánchez, Matt Cain y Madison Bumgarner, que constituirán la rotación de Bochy en ese orden, confeccionan un cuarteto de altos quilates, con el experimentado Barry Zito como quinto iniciador.
De paso, San Francisco dispone de un hermético cuerpo de relevo encabezado por Brian Wilson, líder en juegos salvados (48) de la Gran Carpa en el 2010.
¿Y por qué los Dodgers pueden desplazar a los Gigantes de la cima divisional? Porque tienen uno de los grupos de titulares más sólidos de la Liga Nacional.
El jardinero derecho Andre Ethier, el primera base James Loney, el jardinero central Matt Kemp y el paracorto dominicano Rafael Furcal, constituyeron un póker clave en los títulos del 2008 y 2009, y siguen juntos con miras al 2011. Se les une el segunda base quisqueyano Juan Uribe, quien fuera vital para San Francisco en el 2010.
Entretanto, Clayton Kershaw tiene apenas 24 años, pero el zurdo texano que encabeza un cuerpo de lanzadores bastante firme es apenas uno de cuatro abridores de las Grandes Ligas con efectividad debajo de los 3.00 en cada una de las dos temporadas recientes.
A Kershaw lo han llevado con guantes de seda, pero en cualquier momento suma una de esas campañas relevantes que lo lance firmemente como candidato al Cy Young. No tendría nada de raro que eso ocurra en el 2011.
Por otra parte, para los amantes de las estadísticas vale subrayar que precisamente los Dodgers (11) y los Gigantes (7) son los equipos que integran el actual formato que han ganado más títulos en el Oeste de la Liga Nacional desde que la División fue creada en 1969.
Si se produce una sorpresa no va a provenir ni de los Diamondbacks ni de los Padres, dos equipos en franco prospecto de reconstrucción.
En este sentido, los Rockies, que cuentan en el jardinero venezolano Carlos González, el paracorto Troy Tulowitzki y el abridor dominicano Ubaldo Jiménez con tres de las estrellas más contundentes del Viejo Circuito, son los que pueden inmiscuirse en el duelo Gigantes-Dodgers, si les rinde el pitcheo.
Pase lo que pase, habrá que esperar quizás hasta el último fin de semana para saber qué equipo representará al Oeste de la Liga Nacional en la postemporada.
Por algo es la División Cardíaca de la pelota.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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