Manolo Hernández Douen
Roberto Alomar fue sin duda alguna el mejor segunda base de su generación y necesariamente debe ser considerado como uno de los más completos de la historia.
Fue un mago con el guante y un baluarte de sus equipos a la ofensiva.
Roberto Alomar entra a Cooperstown en su segunda oportunidad de elegibilidad (Foto Toronto Blue Jays) |
El gran pelotero de la Isla del Encanto tiene un puesto reservado en el Salón de la Fama de las Grandes Ligas y le ha llegado el momento de ocuparlo.
Alomar, ganador de 10 trofeos Guante de Oro por su pericia a la defensiva y bateador ambidextro con promedio de por vida de .300 en las Grandes Ligas, devengará ese derecho en su segunda oportunidad de elegibilidad para entrar a Cooperstown.
La votación respectiva de los periodistas especializados será anunciada oficialmente el 5 de enero. El gran beisbolista boricua se quedó fuera por un estrecho margen en la primera ocasión, pero no se esperan sorpresas en esta oportunidad.
Si todo sale dentro del marco de la lógica, tanto Alomar como el gran lanzador Bert Blyleven, poseedor de una de las curvas más espectaculares de la historia, serán exaltados a Cooperstown por votación de la Asociación de Periodistas de Béisbol (BBWAA por sus siglas en inglés).
Conceptuado como un segunda base con gran alcance tanto hacia la derecha como hacia la izquierda, Alomar deslumbró por sus espectaculares jugadas. Los batazos que eran prácticamente imposibles para la mayoría de sus colegas solían fenecer en su guante mágico para convertirse en outs seguros.
Con el paracorto venezolano Omar Vizquel, quien a su debido tiempo también será un aspirante de primera línea al Templo de los Inmortales, integró una de las mejores combinaciones alrededor del segundo saco de la historia cuando ambos coincidieron con la franela de los Indios de Cleveland.
No conforme con ser un intermedista de altos quilates, Alomar demostró ser un pelotero completo por su velocidad en las almohadillas y por su bateo oportuno.
A lo largo de su trayectoria iniciada en 1988 con los Padres de San Diego y culminada en el 2004 con los Medias Blancas de Chicago, Alomar dejó a su paso la huella de su enorme calidad con 2,724 imparables, 210 cuadrangulares, 1,134 carreras impulsadas, 1,508 anotadas y 474 bases robadas.
Doce veces fue seleccionado al tradicional Juego de las Estrellas y en cuatro oportunidades se ganó el Bate de Plata como el mejor exponente de su posición a la ofensiva.
Para que se tenga una mejor idea de la forma como se compara con los peloteros de su era, vale apuntar que en cinco ocasiones figuró entre los seis grandes de la votación al Jugador Más Valioso, incluyendo 1999, su primer año con la tribu, cuando culminó tercero al promediar .323, con 24 cuadrangulares y 120 carreras impulsadas.
Sin un pelotero de la talla del ambidextro puertorriqueño es muy factible que los Azulejos de Toronto no hubieran soñado siquiera con hacer historia al ganar la Serie Mundial en dos ocasiones seguidas (1992-93). De hecho, Alomar fue el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 1992, cuando bateó para .423, con dos jonrones y cuatro carreras impulsadas.
En 11 series de postemporada, el boricua redondeó un porcentaje de .313, con 32 carreras anotadas, 33 impulsadas y 20 bases robadas en 58 partidos.
En nueve ocasiones culminó la temporada por encima del potro de los .300, usualmente el barómetro que identifica a un excelente bateador en las Ligas Mayores.
Seis veces anotó 100 ó más carreras y en cinco ocasiones remolcó 85 ó más. Ocho veces robó por lo menos 30 almohadillas –incluyendo un tope de 55 en 1993- y sus 10 Guantes de Oro no han sido emulados por ningún segunda base.
Su trayectoria brillante, que incluyó además defender las franelas de los Orioles de Baltimore, los Mets de Nueva York y los Diamondbacks de Arizona, suma méritos por toneladas para el Salón de la Fama, pero se quedó inexplicablemente fuera por ocho votos en la elección más reciente, en la cual logró figurar en el 73.7% de las papeletas oficiales. Es necesario aparecer en el 75% para ser electo.
Al confirmarse la elección de Alomar, se unirá a sus legendarios paisanos Roberto Clemente y Orlando Cepeda para integrar un trío de inmortales puertorriqueños en Cooperstown.
El fenomenal segunda base habrá logrado su objetivo en segunda oportunidad de elegibilidad y es bastante factible que entre de la mano de un serpentinero que tuvo que esperar 14 elecciones para ser electo a Cooperstown.
Si bien es cierto que Blyleven (287-250) no ganó 300 juegos ni obtuvo el Premio Cy Young, fue uno de los lanzadores más consistentes del Béisbol de Lujo en sus 22 temporadas en la meca de la pelota.
Si la combinación de ser quinto entre los mejores ponchadores de la historia (3,701), figurar entre los 10 grandes de todos los tiempos con 60 blanqueadas o sumar dos anillos de campeón de la Serie Mundial con dos equipos diferentes (Piratas de Pittsburgh en 1987 y Mellizos de Minnesota en 1987) no son credenciales lo suficientemente sólidas, se cometería una nueva injusticia con este pitcher derecho.
Blyleven se quedó a solamente a cinco votos (74.2%) de entrar en la elección cuyos sufragios fueron revelados en enero pasado.
Nacido en Zeist, Holanda, Blyleven redondeó una efectividad de por vida de 3.31.
El principal argumento en contra de la candidatura de Blyleven pudiera ser que su porcentaje de victorias es .534, pero hay que tomar en cuenta que en la mayor parte de su carrera lanzó para una serie de equipos que rara vez olfateaban siquiera la postemporada.
Sus 287 victorias lo colocan en el 26to lugar de todos los tiempos.
Para que se tenga una idea clara de su durabilidad, Blyleven tiró 242 juegos completos, cantidad espeluznante si se observa que lanzar consistentemente cinco o seis partidos de principio de fin en una temporada suele ser considerada hoy en día como toda una rareza.
Entre los candidatos presentes, figuran peloteros que permanecen relativamente cerca de una futura elección como el lanzador Jack Morris y el shortstop Barry Larkin, que se acercaron considerablemente en el pasado proceso al figurar en el 52% y 51.6% de las tarjetas, respectivamente.
Entre los 33 elegibles figura por quinta vez el controversial Mark McGwire, cuyos 583 palos de vuelta entera pudieron haberlo convertido en impactante candidato para entrar en su primera selección, pero el fantasma de los esteroides ha dejado su candidatura envuelta en un manto de controversia.
McGwire apareció en 128 de las 549 papeletas del 2009 (23.7%) y genera bastante curiosidad el conocer si esa cifra subirá considerablemente en esta votación por el hecho de que ha admitido públicamente su uso de sustancias prohibidas y de paso trabaja ahora como instructor de bateo de los Cardenales de San Luis, equipo para el que disparó 70 jonrones en 1998.
Peloteros latinoamericanos de la talla del cubano Rafael Palmeiro y el boricua Juan “Igor” González integran el grupo de los que figuran por primera vez en las tarjetas.
Palmeiro bateó 3,020 hits, conectó 569 jonrones e impulsó 1,835 carreras. Por mucho que se enfatice que fue suspendido por 10 juegos en el 2005 por el uso de esteroides, esas marcas no pueden haber sido ignoradas por los votantes. La pregunta es: ¿reunirá el porcentaje necesario para ser electo?
González, ciertamente un pelotero dominante en su era al punto de que fue el Más Valioso de la Liga Americana tanto en 1996 como en 1998, disparó por lo menos 42 cuadrangulares en cinco ocasiones diferentes y remolcó 100 carreras o más en ocho oportunidades. Es apenas uno de cuatro peloteros que han pegado cinco bambinazos en una sola serie de postemporada.
Va a ser bien interesante conocer con qué vara es medido “Igor” en comparación a otros peloteros que figuran por primera vez en las tarjetas como Jeff Bagwell (449 jonrones y 1,529 impulsadas) y Larry Walker (promedio de por vida de .313, con 383 cuadrangulares y 1,311 remolcadas).
Otro baluarte latino, el boricua Edgar Martínez, considerado el mejor designado de la historia, fue incluido hace 12 meses en el 36% de las tarjetas, cifra que pudiera aumentar en su segunda temporada de elegibilidad.
Lo justo es que esta vez entren Alomar y Blyleven. Del porcentaje obtenido por sus colegas dependerá en qué medida sean considerados para el porvenir.
Hasta pronto, que disfruten de un 2011 lleno de prosperidad en unión de su familia y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
Resultados del voto de la prensa especializada:
Alomar (90% de los votos) y Blyleven (79.7%) fueron proclamados el 5 de enero como nuevos integrantes de Cooperstown de acuerdo al voto oficial de la BBWAA.
Larkin (62.1%) queda en el tercer puesto, en condiciones de ir escalando paulatinamente hacia el 75% necesario para entrar al Templo de los Inmortales. Pudiera ser electo en la venidera oportunidad.
Bagwell (41.7%) logra un significado total tomando en cuenta que era su primera oportunidad de elegibilidad.
Palmeiro (11%) y González (5.2%) lograron el porcentaje necesario para mantenerse como elegibles.
Resultados del voto de la prensa especializada:
Alomar (90% de los votos) y Blyleven (79.7%) fueron proclamados el 5 de enero como nuevos integrantes de Cooperstown de acuerdo al voto oficial de la BBWAA.
Larkin (62.1%) queda en el tercer puesto, en condiciones de ir escalando paulatinamente hacia el 75% necesario para entrar al Templo de los Inmortales. Pudiera ser electo en la venidera oportunidad.
Bagwell (41.7%) logra un significado total tomando en cuenta que era su primera oportunidad de elegibilidad.
Palmeiro (11%) y González (5.2%) lograron el porcentaje necesario para mantenerse como elegibles.
El veloz jardinero Tim Raines dio un salto significativo del 30.4% al 37.5% en su cuarto año en las papeletas y Morris subió del 52.2% a 53.5%.
Entre los principales peloteros en la lista que bajaron de una votación a otra figuran McGwire, de 23.7% a 19.8% y el boricua Martínez, de 36.2% a 32.9%.
Un total de 17 de los 33 peloteros que aparecieron en las tarjetas no conquistaron el 5% necesarios para seguir en las mismas.
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