Manolo Hernández Douen
No es fácil armar un campeón en la era de la libre agencia, a menos que se tenga dinero a manos llenas o la habilidad para ensamblar un rompecabezas ideal.
Los Atléticos de Oakland no tienen la plata. Más les vale ir al sitio exacto de las profundidades del bosque para encontrar sus pinos necesarios para ganar.
En una etapa en la que los equipos más poderosos se mueren de las ganas de contar con un pitcheo ideal, ya los Atléticos tienen el mejor arsenal de lanzadores de la Liga Americana.
Desde Trevor Cahill, ganador de 18 juegos a la tierna edad de 22 años, hasta el cerrador Andrew Bailey, Novato del Año de la Liga Americana en el 2009, cuentan con un pitcheo que sería de la envidia hasta de los Yankees, con todo el dinero que tiene en sus alforjas esa prestigiosa franquicia neoyorquina.
Y lo interesante es que el pitcheo de los A’s se va a poner mucho mejor, gracias al retorno de los operados Josh Outman y el relevista Joey Devine, quienes antes de lesionarse en el 2009 probaron que pueden ser tan buenos como los excelentes brazos que exhibió tener Oakland en el 2010.
Por si fuera poco, los A’s van a recibir un excelente regalo un poco después del Día de Acción de Gracias en el veterano abridor japonés Hisashi Iwakuma –actualmente en negociación- para reforzar una rotación de altos quilates que ya cuenta con Cahill, Gio González, Brett Anderson y Dallas Braden.
La defensa, otro ingrediente clave de un campeón, ya está allí, comenzando con el esqueleto de una línea central simple y llanamente hermética.
Con Kurt Suzuki detrás del plato, Mark Ellis en la intermedia, Cliff Pennington en el campo corto y Coco Crisp en el jardín central, los lanzadores del equipo tendrán un apoyo de ensueño.
Las otras piezas encajan una a una en el rompecabezas. Con el outfielder de ascendencia boricua David De Jesús -recientemente adquirido en un canje con los Reales de Kansas City- y Ryan Sweeney en los bosques izquierdo y derecho, respectivamente.
Rajai "Centella" Davis, capaz de sumar 91 bases robadas en las dos justas recientes, ya no figura en los planes de Oakland. Acaba de ser canjeado por dos prospectos de la lomita a los Azulejos de Toronto.
Agregue usted a la ecuación a Daric Barton y Kevin Kouzmanoff, sólidos en primera y tercera base, respectivamente, y complementará una novena que no tiene agujeros defensivos.
Agregue usted a la ecuación a Daric Barton y Kevin Kouzmanoff, sólidos en primera y tercera base, respectivamente, y complementará una novena que no tiene agujeros defensivos.
Sin embargo, por muy bueno que sea el pitcheo o muy sólida la defensiva, todavía urge a los Atléticos reforzar su ofensiva o de lo contrario tanta calidad se irá directamente a la cesta de los desperdicios.
El dominicano Edwin Encarnación, reclamado de la lista de waivers o peloteros disponibles en la cual lo pusieron los Azulejos de Toronto, y el promisorio Chris Carter, son dos pasos en la dirección adecuada, pero no responden del todo a la interrogante inmediata de la producción de carreras.
Encarnación es un buen tercera base y ya tienen uno en Kouzmanoff. En el supuesto de que lo usen como designado, responderá al reto de producir si le permiten ser el artillero agresivo –los Atléticos pregonan la paciencia- que pegó 21 jonrones en apenas 96 cotejos con Toronto en el 2010, pero aún no ha tenido esa campaña enorme –su tope es 72 impulsadas en el 2007 con los Rojos de Cincinnati- que permita pronosticar que es la solución definitiva al hambre de productividad que tiene Oakland.
Carter demostró parte de su potencial en la recta final, pero sería demasiado pedirle de una vez ese caudal de impulsadas que luce huérfano en estos momentos en la divisa dirigida por Bob Geren.
Obviamente, en busca de una solución, es hora de gastar ese dinero que ya no tendrán que pagarle al otrora ex tercera base estelar Eric Chávez ni al veloz abridor veterano Ben Sheets.
¿Piensan gastar a lo grande?: Adam Dunn, primera base de los Nacionales de Washington, prácticamente garantiza 38 ó más palos de vuelta entera y 100 ó más remolcadas por año porque ya lo ha hecho siete veces en su carrera. Con el guante no es eficiente, pero los bateadores designados no tienen que defender otra cosa que la zona de strike.
Dunn es perfecto para ocupar ese puesto de pelotero productivo que nunca pudo llenar del todo Jack Cust. Eso sí, les va a costar un ojo de la cara, porque el “Burro Grande” (Big Donkey) tendrá unas cuantas opciones y porque habrá que consentirlo ($$$) para irse a Oakland como designado porque todavía sueña con usar un mascotín a diario.
¿Alternativa?: Paul Konerko es otro que pudiera encajar como anillo al dedo en el rol de designado. Cinco temporadas sobre las 100 fletadas son prueba contundente de que sabe lo que necesita hacer en situaciones de apremio. De paso, es derecho, lo cual le permite encajar en una alineación que pudiera contar a diario con cinco zurdos: Sweeney, Barton, De Jesús, y los ambidextros Crisp y Pennington.
¿Económico, pero útil?: Es bien recomendable Magglio Ordóñez, quien viene de una lesión y pudiera extender su carrera al no tener que jugar a diario en los jardines.
Bateador derecho como Konerko, el venezolano ha impulsado 100 o más en siete ocasiones –sin contar una vez que llegó a 99-, la más reciente en el 2008. A sus 37 años –los cumple en enero- encuadra con los A’s tanto en materia presupuestaria como en el medio de la alineación.
Algunas otras alternativas pudieran ser Lance Berkman, bateador ambidextro con cinco temporadas con 100 más impulsadas, o rescatar del baúl de los recuerdos –si no quieren gastar mucho- a Jermaine Dye, quien pudiera ser una buena fórmula de transición hasta que Carter encuentre su paso.
Dye, un ex Atlético, no encontró contrato para el 2010, pero se muere por volver a jugar en el 2011 a los 37 años de edad.
Un dato curioso: Magglio y Jermaine vinieron al mundo exactamente el mismo día, el 28 de enero de 1974.
Sea como fuera, es necesario para el arquitecto Billy Beane y sus lugartenientes encontrar la fórmula ideal para esa pieza de poder que le hace falta a los Atléticos.
Sería una lástima que se perdiera el enorme talento que ya tienen en pitcheo, velocidad y defensa por quedarse dormidos a la hora de buscar el anhelado remolcador de lujo que tanto necesitan.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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