Manolo Hernández Douen
Jonathan Sánchez no podía sentirse más orgulloso del trabajo realizado durante el invierno en su querida Isla del Encanto.
Muchos lanzadores se dedican a descansar de los rigores de la temporada previa, pero Sánchez llevaba entre ceja y ceja ponerse más fuerte para ser mucho más efectivo a lo largo de cada una de sus aperturas del 2010 con los Gigantes del San Francisco.
Hermosa estatua dedicada a Juan Marichal, grande entre los grandes del pitcheo en el Béisbol de Lujo, a las afueras del moderno parque de los Gigantes de San Francisco. |
¿Sus metas?: ganar 15 juegos y ayudar a los Gigantes en su propósito de avanzar a la postemporada por primera vez desde el 2003.
El tiempo y su dedicación le dieron la razón.
En su temporada consagratoria en la meca de la pelota fue uno de los zurdos más efectivos del Béisbol de Lujo, al punto de avanzar de ser un quinto abridor en el 2009 que hasta llegó a ser relegado temporalmente al cuerpo de relevistas a convertirse en el segundo de la rotación del manager Bruce Bochy para la Serie del Campeonato de la Liga Nacional frente a los Filis de Filadelfia.
“Siempre creímos en Jonathan y es un deleite haber tenido la oportunidad de ser testigos de su crecimiento, de su desarrollo como pitcher”, analizó el manager de los campeones del Oeste del Viejo Circuito. “Ha progresado en todos los aspectos. Y no se derrota a sí mismo”.
A Sánchez (13-9, 3.07 en la temporada regular) le ha dado por lanzar partidos enormes para los Gigantes a la hora buena.
Los números no mienten. En sus seis aperturas finales tuvo marca de 4-1 y efectividad de 1.01. En otras palabras, a la hora de que muchos lanzadores se derretían como la mantequilla al contacto de un cuchillo caliente, el zurdo boricua de San Francisco se agigantaba en la lomita.
El orgullo de la Isla del Encanto decretó el pase de su equipo a los playoffs al ganar el partido final de la campaña ante los Padres de San Diego, que de haber triunfado hubiesen forzado a un encuentro de desempate en dicha ciudad fronteriza. No solamente lanzó un cotejo sólido, sino que de paso inició la ofensiva de su equipo con el primer triple de su trayectoria en las Ligas Mayores iniciada en el 2006.
Y cuando la Serie Divisional frente a los Bravos estaba igualada 1-1, tiró una perla de 7.1 episodios en los que espació dos hits. De paso, ponchó la máxima cantidad (11) de un zurdo en los playoffs en la historia de la franquicia de los Gigantes, para ser enorme en el desenlace que puso arriba a San Francisco pese a lanzar en un escenario donde los dirigidos por Bobby Cox obtuvieron la mejor marca como local de equipo alguno (56-25) en la campaña del 2010.
“Jonathan se ha crecido como lanzador”, aseguró el tercera base de los Gigantes, el venezolano Pablo Sandoval. “Siempre hemos confiado en él. Aprendió a ser un pitcher que usa mucho mejor su cabeza. Se crece en los momentos importantes”.
Para lograr sus objetivos, Sánchez trabajó duro tanto en Puerto Rico como en los Entrenamientos de Pretemporada. Y a lo largo de la actual campaña ha recibido valiosos consejos de compañeros de equipo que siempre habían vislumbrado el talento del joven de 27 años de edad.
“Nos aconsejamos el uno al otro”, reveló el dominicano Santiago Casilla, quien también se preparó a lo grande en su patria –en su caso en la pelota invernal dominicana como cerrador de los Leones del Escogido- para hacerse un mejor relevista. “Le digo que tenga siempre confianza en todos sus pitcheos. El me recomienda que use más mi recta dura y alta en situaciones difíciles”.
Por supuesto, el corazón casi se le sale del pecho al jardinero central Andrés Torres, al hablar de Sánchez por razones obvias. Los dos provienen de la Isla del Encanto.
“En Puerto Rico estamos bien orgullosos de él”, puntualizó Torres. “Estoy convencido de que tiene el potencial para ganar 15 ó más juegos por temporada. Su slider es bien dominante y su recta es explosiva”.
Vale subrayar que si Sánchez no ganó 15 en el propio 2010 no fue por falta ni de talento ni de competitividad, ya que el promedio de bateo de .204 en su contra fue el más bajo de abridor alguno en las Grandes Ligas.
Ya que se habla de lo devastadora que puede ser la slider de Sánchez vale puntualizar que el boricua propinó 205 chocolates en 193.1 episodios de trabajo. Ningún otro pitcher de las Grandes Ligas sumó tantos abanicados en menos de 200 innings en el 2010.
Tanto ha sido el éxito hilvanado por Sánchez que no falta quién asegure que con el tiempo pudiera ser tan efectivo como el sensacional zurdo venezolano Johan Santana, abridor de cabecera de los Mets de Nueva York que ganó dos premios Cy Young de la Liga Americana con los Mellizos de Minnesota.
“Lo admiro mucho como lanzador, pero no pienso en ser como él, sino como Jonathan Sánchez”, comentó el zurdo puertorriqueño. “Me falta todavía más experiencia”.
Lo importante es que Sánchez avanza a pasos agigantados como abridor de lujo en las Grandes Ligas, de haber sido un pitcher de quien se rumoraba en el 2009 que pudiera ser canjeado por un buen remolcador de carreras a ser pieza clave de la rotación de San Francisco.
“Para esto es lo que uno trabaja, para ser mejor todos los años”, filosofó Sánchez, quien obtuvo nueve y ocho victorias en el 2008 y 2009, respectivamente, y que apenas tiene tres años de experiencia en una rotación de la Gran Carpa.
Los frutos se han visto en el diamante. Nunca ha sido una perita en dulce para sus rivales, pero al acercarse cada día más a su enorme potencial es ahora un verdadero martirio para todo tipo de artillero por muy apremiante que sea la situación.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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