Manolo Hernández Douen
Hay bastantes bajas, es
cierto, pero los que van acuden a la cita con enorme entusiasmo.
Después de todo, jugar
por la gloria de su patria no es algo que se presenta todos los días.
Sergio
Romo se siente como muchacho con juguete nuevo al vestir la
franela de México,
la patria de sus padres, en el III Clásico Mundial.
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Tan pronto se cante la
voz de Play Ball se olvidará temporalmente la amargura por las deserciones
producidas por uno u otro motivo, pero entre todos los participantes en el III
Clásico Mundial será difícil encontrar alguien que llene mejor los conceptos de
pasión y entusiasmo que el relevista Sergio Romo, bicampeón absoluto del
Béisbol de Lujo con los Gigantes de San Francisco.
Sin haber nacido en el
país que representará en el Clásico Mundial, Romo se siente tan orgulloso de
poder partirse el pecho por los colores del Tricolor mexicano.
“Para mi va a ser
enorme”, aseguró Romo, quien suele conceptuarse como “nacido en los Estados
Unidos con partes mexicanas’’.
Esas ‘partes’ son las generaciones que le preceden. Romo no solamente va a jugar
por México. Lo hará por su padre, Francisco, de Aguascalientes; por su madre,
Leticia, de Mexicali, por sus abuelos. Para este nativo de Brawley, población
californiana fundamentalmente ganadera de unos 25,000 habitantes, el Clásico
Mundial será una gran oportunidad de hacerlos felices a todos.
“Sé que mi papá se
siente bien feliz’’, comentó Romo, quien está tan orgulloso de su herencia
que proclama que “llevo tatuada en el cuerpo la bandera mexicana’’.
A Romo, que se hizo
famoso mundialmente al ponchar al Triplecoronado venezolano Miguel Cabrera para
el out final de la Serie Mundial del 2012 ganada por los Gigantes sobre los
Tigres de Detroit, no le importará el rol que le sea asignado por la selección
azteca.
“Estaré listo para lo
que venga, lo importante es que representaré a México y me siento bien
orgulloso de ello’’, manifestó Romo, que tuvo marca de 4-2, efectividad de 1.79 y 14 salvados en la
temporada regular del 2012, aparte de su extraordinaria postemporada de no permitir carrera alguna en siete encuentros
entre la Serie de Campeonato de la Liga Nacional y en la Serie Mundial, en la
que salvó tres de las cuatro victorias de su equipo.
En resumidas cuentas, fue
hombre vital en el éxito de los Gigantes especialmente al ser instalado como el
cerrador, rol definido ‘’por comité’’ durante la mayor parte de la campaña por
el dirigente Bruce Bochy.
Seleccionado apenas en
la 28ma ronda del reclutamiento de talento amateur para las Grandes Ligas o
draft en el 2005, Romo es la prueba viviente de que con entusiasmo, agallas y
fervor competitivo se puede llegar aún más lejos que con el propio talento
natural.
No es que no tenga
condiciones. Su slider es un arma devastadora que, combinada con su
sinker y una recta que luce más rápida al combinarla bien con esos envíos, lo convierte en una pieza clave de un cuerpo de relevo de la estatura
del que tienen los Gigantes.
No obstante, la principal carta que lleva Romo
a un diamante de juego es ese entusiasmo juvenil del que ama lo que hace dentro y
fuera de la línea de cal.
“Todavía me siento como
si fuera un muchachito”, precisó Romo, que cumplirá 30 años de edad el 4 de
marzo, días después de inaugurarse el Clásico Mundial y que acudirá en el 2013
a su sexta temporada en las Grandes Ligas.
Quizás nadie conozca
mejor sobre el orgullo que siente Romo de representar a México que otro que
acude a esa cita global con el mismo entusiasmo, como lo es Jeremy Affeldt,
relevista zurdo de los propios Gigantes.
“Aunque nunca he vivido
ese sentimiento de ponerme el uniforme de mi país, hacerlo tiene que ser algo
que lo llene a uno de orgullo”, definió Affeldt, integrante del equipo de EEUU. “Y para mí podría ser la última oportunidad. En el 2009 no
sentía que estaba listo y quizás la próxima vez ya ni siquiera esté en la
pelota o prefieran usar lanzadores más jóvenes’’.
Affeldt sabe cómo Romo
vive su pasión por el diamante porque es su compañero de práctica, el hombre
que cada día intercambia lanzamientos con el californiano en el calentamiento
de los Gigantes.
“Todos en el bullpen de
los Gigantes somos bien honestos el uno con el otro”, dijo Affeldt. “Y si tú le
aconsejas a Sergio algo que pueda servirle para mejorar su juego, lo toma tan a
pecho que esa misma noche lo usa para retirar a un bateador clave. Hablamos todo el año de
cómo pudiera ayudarlo perfeccionar su sinker y le sirvió para sacar muchos
outs bien importantes’’.
Por cierto que hay
tantos Gigantes representados en el Clásico que es hasta posible que uno tenga
que enfrentarse a otro si se miden las selecciones respectivas. Va a ser como
una pelea entre compañeros, de cuyo desenlace van a seguir hablando seguramente
el resto del año.
“No sé si me sienta
emocionado de enfrentarme a un Pablo [Sandoval] o a un Marco [Scutaro]”,
reconoció Affeldt sobre el respeto que tiene por sus compañeros venezolanos que
van a la justa. A lo mejor debe medirse también a los boricuas Angel
Pagán y Andrés Torres en la magna contienda.
El dominicano Santiago
Castilla y el venezolano José Mijares también vivirán esa dura y a la vez agradable experiencia de medirse a sus propios compañeros en el Clásico Mundial.
Javier López, un quinto integrante del bullpen de los Gigantes que iba a estar presente con Puerto Rico en la cita internacional, decidió a última hora no participar, pero el abridor Ryan Vogelsong sí defenderá la franela de los Estados Unidos.
Javier López, un quinto integrante del bullpen de los Gigantes que iba a estar presente con Puerto Rico en la cita internacional, decidió a última hora no participar, pero el abridor Ryan Vogelsong sí defenderá la franela de los Estados Unidos.
Bochy jugó en la pelota
del Caribe y por eso entiende cómo se sienten los peloteros latinoamericanos de
representar a sus respectivas naciones.
“Nosotros [los Gigantes]
le damos pleno respaldo a este evento, es bueno para el béisbol y para muchos
va a ser como una Copa Mundial [de fútbol] o los Juegos Olímpicos’’, precisó Bochy a una pregunta de Béisbol por
Gotas. “Sé que va a ser cosa de gran orgullo. Sé que los latinos se van a
sentir así, igual que lo harán ‘Vogy’ [Vogelsong] y Affeldt.
“Todos lo van a
disfrutar bastante y los aficionados van
a ver una pelota diferente, en la que los participantes darán el todo
por el todo por sus países’’, describió el dirigente de los Gigantes. “Los que
jugaron béisbol invernal [como Sandoval] van a tener ventaja, pero nuestro
trabajo será asegurarnos que todos estén listos para esa competencia’’.
Hasta pronto y, por
favor, nunca pierdan la esperanza.
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