Manolo Hernández Douen
Ser padre, excelente noticia para un hombre. Brillar en su profesión, tremendo.
Andrés Torres está feliz porque crece su familia. Espera celebrarlo a batazo limpio.
Andrés Torres, tan amable con sus semejantes como valioso en el terreno, recibirá con los Mets de Nueva York la oportunidad de volver a ser titular. |
Con la moral por las nubes y una excelente disposición profesional, el jardinero central se prepara en la Isla del Encanto para reverdecer laureles en el 2012.
“Voy a ser otro pelotero totalmente diferente en todo el sentido de la palabra”, aseguró desde su patria Torres, quien acaba de ser enviado a los Mets de Nueva York. “Mi meta es tener un año hasta mejor que el 2010 y obviamente superar el 2011”.
Para el momento de la entrevista con Béisbol por Gotas, Torres estaba de lo más contento porque acababa de recibir la noticia de que su esposa, Soannie, espera una niña. Ya la pareja cuenta en su hogar con la bendición de Diego, de 7 años.
Justo antes ser canjeado por los Gigantes de San Francisco, Torres admitió que "soy realista" y que “Sé que yo no tuve una temporada [del 2011] productiva. ¿Cómo voy a exigir cuando sé que no hice el trabajo?”.
Todo parecía indicar que Torres se iba a quedar como un niño viendo los dulces desde la parte de afuera de la vitrina. Eso no iba a ser nada extraño para él, ya que antes de la campaña del 2010 era a lo sumo un quinto jardinero del equipo, pero supo ganarse el puesto hacia la titularidad aún por encima del estelar Aaron Rowand.
“Sé lo que significa eso [no tener un puesto seguro], porque ya me he caído antes, pero me he levantado”, enfatizó Torres. “Estaré ‘ready’ [preparado] para lo que venga”.
No tuvo que esperar mucho tiempo para saber el significado de ese “lo que venga’’ profético, porque el cambio a los Mets le presenta un panorama totalmente diferente.
Podrá ser de nuevo jardinero central titular y primer bate. Y por eso estaba contento cuando nuestro hogar beisbolero lo volvió a llamar a Puerto Rico instantes después del canje que se produjo el 6 de diciembre.
Podrá ser de nuevo jardinero central titular y primer bate. Y por eso estaba contento cuando nuestro hogar beisbolero lo volvió a llamar a Puerto Rico instantes después del canje que se produjo el 6 de diciembre.
El ambidextro puertorriqueño fue canjeado a los Mets, conjuntamente con el relevista dominicano Ramón Ramírez, por el guardabosque boricua Angel Pagán. San Francisco también recibirá un jugador cuyo nombre será revelado posteriormente o una suma de dinero en efectivo.
En otras palabras, en un abrir y cerrar de ojos, Torres pasó de ser un pelotero que encaraba un 2012 saturado de incertidumbre a recibir un segundo aire en el Béisbol de Lujo.
“Para mí será como un nuevo comienzo, una oportunidad de demostrar la clase de pelotero que soy y que puedo ser”, subrayó Torres, catalizador de la novena que ganó en el 2010 la primera Serie Mundial para la novena de San Francisco en más de medio siglo al batear 43 dobles y 16 jonrones, y sumar 63 carreras impulsadas en 116 cotejos, números elevados si se toma en cuenta que bateó fundamentalmente al tope de la alineación. De paso, se robó 26 bases en apenas 33 oportunidades.
Pese a que sale de los Gigantes luego de una temporada en la que sufrió lesiones y vio decaer su promedio a .221 al perder su puesto como titular, Torres expresó que siempre llevará un pedazo bien hermoso de San Francisco en su corazón.
“Yo respeto mucho a la organización de los Gigantes, a la que tengo mucho que agradecer”, subrayó Torres luego de recibir la noticia del canje a los Mets. “Me llevo recuerdos bien bonitos de la fanaticada que siempre me trató bien, así como de todo el equipo’’.
Ya Torres ha dado pasos en ruta al 2012, trabajando duro en Puerto Rico. Jugó un par de encuentros con los Indios de Mayagüez en la pelota boricua, pero los Gigantes lo habían mandado a parar, obviamente porque ya “cocinaban’’ un futuro canje.
“He estado practicando con Juan ‘Igor’ González (quien bateó 434 jonrones en las Grandes Ligas en una maravillosa carrera que lo mantiene por segundo año seguido en las planillas de votación para el Salón de la Fama), por quien tengo una gran admiración y me dio unos consejos bien buenos”, expresó Torres. “El levantaba la pierna de manera parecida como lo hago yo al batear. Me subió las manos, me aconsejó cómo podía pararme mejor en el plato, como enfocarme para dar más líneas’’.
Se siente bien contento de que los Gigantes hubieran dado pasos por mejorar con miras a la temporada del 2012 y está feliz por las adquisiciones que hizo la novena de San Francisco y por el nuevo horizonte que se le plantea al zurdo boricua Jonathan Sánchez al ser traspasado a los Reales de Kansas City por el guardabosque dominicano Melky Cabrera.
“Melky es un gran pelotero, se preparó muy bien y tuvo una excelente temporada [del 2011 con los Reales]’’, analizó Torres. “Jonathan es tremendo pitcher y sé que le va a ir bien en Kansas City.
“A Pagán lo conozco bien, es buen muchacho y tremendo pelotero, que va ayudar mucho a los Gigantes”, pronosticó Torres.
Con la novena de la Babel de Hierro, Torres ocupará el vacío dejado en el jardín central por Pagán, quien a su vez había llenado la vacante de otro guardabosque central, Carlos Beltrán, mudado al bosque derecho con miras a la temporada del 2011. En otras palabras, toda una melodía beisbolera con sabor boricua.
Beltrán pasó a mediados del 2011 a ser compañero de equipo de Torres al ser canjeado a los Gigantes y actualmente es un agente libre.
El horizonte beisbolero de los tres amigos boricuas ha cambiado ahora totalmente y quizás para lo mejor en cada uno de los casos. Beltrán obtendrá un fabuloso contrato, firme con quien firme, Pagán se incorporará a un equipo contendor y Torres llevará su espíritu dinámico de juego al diamante como pelotero titular.
“Es un hombre de velocidad, nos da un primer bate y defensa de calidad’’, calificó el dirigente de los Mets, Terry Collins, al referirse a su nuevo jardinero central.
No espere usted que Torres, quien se cataloga como un atleta (velocista que corrió 10.37 en los 100 metros planos en su juventud) convertido en pelotero, se quedará con los brazos cruzados. Seguirá trabajando en pos de un mejor porvenir para su ahora más numerosa familia.
Agradece la oportunidad de los Mets, pero no tomará nada por seguro.
Después de todo, como suele decir el siempre amable puertorriqueño que tuvo que esperar más de una década para poder demostrar a tiempo completo la calidad de su talento: “camarón que se duerme se lo lleva la corriente’’.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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