Manolo Hernández Douen
Un receptor joven de calidad es un tesoro invalorable en el Béisbol de Lujo.
Si de paso puede ser un bateador productivo y con poder, la satisfacción es doble.
Wilson Ramos integra un grupo de talentosos jóvenes que con el tiempo dará un campeón a la capital de EEUU (Foto: Washington Nationals) |
Los Nacionales de Washington están convencidos de que cuentan con ese diamante que, una vez pulido, les dará enormes satisfacciones en el porvenir.
Ese pelotero es el novato venezolano Wilson Ramos, otrora promisorio prospecto de los Mellizos de Minnesota que se da a conocer a paso firme como compañero de equipo del legendario Iván Rodríguez.
“Tiene tremendo futuro”, aseguró el boricua Rodríguez, futuro integrante del Salón de la Fama, al referirse a Ramos para los lectores de Béisbol por Gotas. “Es buen jugador, buen muchacho y le gusta aprender.
“La habilidad como cátcher y como bateador la tiene”, subrayó Rodríguez. “Lo que necesita hacer es seguir trabajando. Si se mantiene saludable va a jugar por muchos años”.
Es doblemente significativo que Rodríguez se refiera de esta manera a Ramos, porque además de que su punto de vista tiene un enorme valor por razones obvias hay que subrayar que “Pudge” es el ídolo del joven careta nativo de Valencia, Venezuela.
“Iván siempre fue mi ídolo y aquí estoy, compartiendo con él”, manifestó Ramos.
El criterio de Rodríguez es apoyado plenamente por lo que dice el dirigente Jim Riggleman, cuyos Nacionales sorprenden a tirios y troyanos al disfrutar de un junio sobresaliente al punto de ganar 13 de sus primeros 19 juegos en el presente mes.
“Wilson es el receptor clásico”, definió Riggleman, al contestar una pregunta para el hogar beisbolero de todos ustedes dos semanas antes de renunciar sorpresivamente a su puesto. “Puede bloquear la bola, llama bien los juegos y es bueno disparando a las bases.
“Pudiera sobresalir como cátcher por muchos años”, pronosticó Riggleman. “Puede ser un pelotero especial. Y tiene gran potencial como bateador de poder. Fácilmente pudiera ser capaz de conectar jonrones en dobles dígitos, año tras año”.
Las palabras de Riggleman resultaron proféticas cuando días más tarde Ramos dejó en el terreno a los Marineros de Seattle con un bambinazo laberíntico productor de tres carreras, culminando el repunte más grande en la historia de la franquicia de Washington.
Un experimentado paisano y colega de Ramos, como lo es el venezolano Ramón Hernández, cátcher de los Rojos de Cincinnati, está totalmente de acuerdo con Rodríguez y Riggleman.
“Tiene muchas habilidades”, elogió Hernández, quien comenzó su trayectoria en la Gran Carpa en 1999 con los Atléticos de Oakland. “Va a jugar por mucho tiempo.
“Necesita seguir con la misma constancia”, aconsejó Hernández. “Siempre tiene que pelear por su puesto. Nada es gratis. Siempre hay gente que quiere el puesto de uno”.
Ramos sabe que nada es gratuito en la meca de la pelota. El bateador derecho es bien joven –apenas cumple sus 24 años en agosto-, pero ya ha visto las dos caras de la moneda de lo que puede significar la avenida hacia el éxito o la ardua espera.
En este sentido, era un secreto a voces que Ramos siempre tuvo potencial con los Mellizos, pero no iba para ninguna parte en las Ciudades Gemelas por la presencia del estelar Joe Mauer, triple campeón de bateo de la Liga Americana.
La posibilidad de que Mauer pueda cambiar de posición siempre ha sido un tema latente en Minnesota, pero a la gran estrella de los Gemelos le encanta su oficio.
“Desde el mismo momento que lo firmaron a ese contrato [por ocho temporadas y $184 millones] se me cerraron las puertas”, admitió Ramos. “El cambio a Washington también me favoreció porque he podido compartir con Iván”.
La transacción a la cual se hace referencia Ramos se produjo el 29 de julio del 2010 , cuando los Nacionales adquirieron al joven venezolano, conjuntamente con el pitcher zurdo Joe Testa, a cambio del experimentado relevista Matt Capps.
“Estoy bien contento con la confianza que [los Nacionales] me han dado”, indicó Ramos.
Algunos buenos defensores de otras posiciones fueron convertidos con bastante éxito a la receptoría como por ejemplo sus paisanos Carlos Hernández (ya retirado) y Henry Blanco (suplente de altos quilates con varios equipos en la Gran Carpa), quienes eran antesalistas cuando subían por el sistema de sucursales de los Dodgers de Los Angeles.
Ese no ha sido el caso de Ramos, quien bien jovencito se dio la satisfacción de integrar el equipo de los Tigres de Aragua que ganó para Venezuela la Serie del Caribe del 2009.
“Siempre fui cátcher”, informó Ramos. “Y me ayudó bastante jugar en Venezuela. Esa Liga es bastante fuerte. Allí tuve la ayuda de dos receptores muy buenos como lo son Alex Delgado y Raúl Chávez”.
Una de las características valiosas de Ramos es que tiene un cañón por brazo. Para el momento de comenzar la acción en las Grandes Ligas el 22 de junio, había sacado el 43% de posibles estafadores y el dueto conformado por Rodríguez y el venezolano lideraba las Grandes Ligas en ese renglón tan importante de la defensiva.
“Siempre he tenido buen brazo, desde que era pequeño”, recordó Ramos, quien creció admirando a Miguel Campos, un tío suyo que jugó con las Aguilas del Zulia en Venezuela y llegó hasta la AAA con la organización de los Cachorros de Chicago. “Me decían que hasta podría ser un pitcher, pero eso nunca me llamó la atención”.
Con buen brazo y habilidad para bloquear el plato, Ramos tiene la base. Lo demás lo ha venido amasando con la ayuda, entre otros, de profesionales de la talla de Rodríguez.
“He aprendido como llamar los juegos, como estudiar a los bateadores”, puntualizó el novato de la tierra de Simón Bolívar.
El bateo es otro atributo del cual se siente orgulloso.
“Siempre he tenido buena capacidad para batear”, aseguró. “Tengo fuerza natural”.
Con tantos peloteros talentosos por debajo de los 30 años de edad, encabezados por el tercera base Ryan Zimmerman, los Nacionales pudieran convertirse con el tiempo en un equipo bien competitivo en la dura División Este de la Liga Nacional.
Y ciertamente Ramos, quien se abre paso como un receptor completo, puede ser un elemento clave en ese futuro sonriente de la novena de la capital norteamericana.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
Comentarios